“Mis poemas están realizados con mentalidad de niño”

19 Octubre 2015

Floridor Pérez, poeta de la llamada generación literaria de 1960 y profesor normalista, fue el protagonista de un nuevo Conversatorio Cultural organizado por la Dirección de Extensión Cultural–Artística de nuestra Universidad.

La tercera temporada de este ciclo —que ha sido moderado por el periodista José Tomás Labarthe— contó con la participación del público que dialogó con el invitado en base a temas como: sus inicios y trayectoria en la poesía, anécdotas de sus años como profesor normalista en localidades rurales de la Región del Bíobío y en la lectura de sus poemas favoritos.

Amor por Chile

Floridor Pérez comenzó el conversatorio confesando su gusto por la escritura como un aporte para los niños. “De hecho mis poemas están realizados con mentalidad de niño y me gusta que sean ellos los que principalmente los lean. Me gusta transmitirles mi amor por Chile, soy hincha de mí país. A mi hijo le puse Chile y nunca se ha cambiado el nombre (ríe). Aunque un día, cuando él era adolescente, me cuestionó por qué le había puesto ese nombre”, dijo.

En sus poemas está presente la cotidianidad, la voz de la naturaleza, la calidez humana, la dignidad contestataria y el discurso del hombre de la calle, todo ello con un lenguaje coloquial que rescata las formas populares. La brevedad, la claridad y la naturalidad son los rasgos más visibles de su estilo.

“Me gusta enseñar poesía a los niños porque ellos no desechan nada antes de conocerlo. Sin embargo creo que de la manera en que hoy se está enseñando literatura pasa a ser casi un problema de algebra. En ocasiones se pone muy complicada. Con esta forma de presentar las cosas nadie amará ninguna materia”, expresó.

Su primer libro de poemas, “Para Saber y Cantar”, fue publicado en 1965, al que le siguieron Los cuentos de “Pedro Urdemales” (1972), “Cielografía de Chile” (1973), “Cartas de prisionero” (1984), su “Poema de Mío Cid” (1980), “Chilenas y chilenos” (1986), “Memorias de un condenado a amarte, Poemas y prosa autobiográfica” (1990), entre otros.

Amplia labor

A comienzos de la década de 1970, el poeta se trasladó a Santiago y asumió labores como asesor en la Editora Nacional Quimantú. Además de su trayectoria como escritor, Floridor Pérez ha desarrollado una amplia labor de recopilación, conservación y difusión de las tradiciones chilenas, así como de compilador de cuentos populares, como el volumen Pedro Urdemales.

“El país está lleno de cosas educativas por conocer y destacar. Así como es el deporte una expresión de la nacionalidad. Estas son las cosas que hay que destacar porque es nuestra identidad”, sostuvo.

Pérez además confesó a los asistentes su gusto por el periodismo. “Empecé a escribir en publicaciones escolares, en la revista Apuntes y en los ‘90, en Tareas escolares Zig-Zag. Pero yo desde que era profesor en Los Ángeles, mantenía una página semanal en el diario La Tribuna, que salía los sábados. Los domingos hacía un programa en la Radio Agricultura que se llamaba “Antena Literaria”. Mi pasión por el Periodismo, mi vocación pedagógica y mi interés por la poesía y la literatura, se juntó y armó una nueva profesión, por lo que empecé a impartir clases en distintas universidades del país”, explicó.

Otras obras de este autor son: “Mitos y leyendas de Chile” (1992), los volúmenes críticos “Manuel Rojas: la novelesca vida de un novelista” (1994), “Gabriela Mistral: una lección por aprender” (1995), la antología “Cuentos de Chile” (1995), y en 1981 se publicó el volumen correspondiente a Floridor Pérez en la colección “Quién es Quién” en las letras chilenas, editado por la Agrupación Amigos del libro.

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