Para que la Navidad sea feliz: diga no al consumismo

22 Diciembre 2015

Comprar en exceso, extralimitar el presupuesto disponible y por consecuencia endeudarse sin medir consecuencias, parece ser uno de los principales problemas de miles de personas durante las fiestas de fin de año, conducta que por lo demás desvirtúa el real sentido que estas celebraciones y expone a las nuevas generaciones a un círculo vicioso, contaminándolos con un consumo desmedido.

Pese al panorama descrito siempre es posible revertir esta situación. “Desde mi experiencia personal doy fe que un real cambio de actitud frente al tema del consumo puede ser realmente liberador, te armoniza en todos los sentidos y además lleva a otro nivel tus relaciones personales, principalmente con la familia”, contó María Isabel Rojas, publicista de 38 años.

“Llegué a un punto en la vida en que todo eran deudas, había épocas donde mis cuentas mensuales casi triplicaban a mis ingresos, por eso mismo vivía estresada, mal genio, me sentía cansada, mi sistema digestivo era un espanto, no podía comer casi nada. Por estos malestares consulté al médico, quien luego de miles de exámenes, llegó a la conclusión que mi cuerpo estaba somatizando mi nivel de estrés y angustia. No había que ser adivino para saber qué era lo que me tenía así”, relató María Isabel.

“Acudí a un par de sesiones con una psicóloga, quien me ayudó a visualizar mejor el problema que tenía con el manejo de la plata, ansiedad y mi falta de control en el consumo, luego de esta ‘mini terapia’ quedó en mis manos comenzar a realizar cambios prácticos, pero muy significativos, que me sirvieran para reducir mis cuentas, la prueba de fuego era que se acercaba la Navidad”, recordó la publicista.

“Preparándome para enfrentar esta celebración, me di cuenta que gran parte del hoyo financiero que tenía se generaba en diciembre, estaba clarísimo que hacer miles de regalos a familiares y amigos era la raíz del problema que debía estar pagando el resto del año. Desde hace 3 navidades decidí recortar la lista de regalos a lo estrictamente necesario, privilegiando el afecto sobre el compromiso social y comencé a darle más sentido a mis presentes, me puse práctica, ahorrativa y observadora de las necesidades de mis seres queridos, dejé de regalar sólo por impresionar o hacerme notar con el regalo de moda”, expresó orgullosa María Isabel.

Agregó que “con estos cambios logré reducir el monto de mis cuentas, organicé mi presupuesto, hoy mi ánimo y salud son otros, me siento liberada de compromisos autoimpuestos, pero lo más importante es sentir una mayor unión con mi familia al darle un nuevo sentido a la manera de regalar. Por ejemplo este año entre mis primos vamos a jugar al amigo secreto, también valoro y me alegra el buen ejemplo que le estoy entregado a mis hijos en estas fechas”.

LA INFLUENCIA DEL MEDIO

Sobre las razones que llevan a muchos a gastar desmedidamente en estas fechas del año, la psicóloga y coordinadora clínica del Centro de Psicología Aplicada (Cepa) de la Facultad de Psicología de la Universidad de Talca, Carla Iribarren, explicó que “en época de Navidad las conductas consumistas se exacerban, en gran medida influenciadas por el entorno, principalmente por el comercio, que durante estas fechas y celebraciones impulsa a consumir de una manera distinta y desmedida. A esto también se suma la historia y educación recibida por cada persona, factor que permite una mayor influencia del mensaje y las expectativas que el medio comunica”.

Frente al bombardeo “consumista” que impera durante época navideña los niños pasan a ser uno de los principales afectados, y a su vez impulsan y presionan a sus padres o familias a caer en estas conductas de compras, que muchas veces superan sus posibilidades económicas. Es aquí cuando los adultos deben actuar con precaución y ser capaces de manejar estas expectativas, indicó Iribarren.

Sobre el comportamiento de los menores en esta época del año, la profesional señaló que “además del mensaje que reciben los niños, también hay considerar la manera en que estos han sido criados, ya que las enseñanzas o forma de vida recibida en sus primeros años son claves para acrecentar este impulso de consumo o comportamiento más exigente con respecto a lo material, sobre todo si sus padres tienen un estilo de vida consumista, los cuales claramente se dejan ver de manera más potente durante Navidad”.

Otros factores que pueden propiciar el consumo en los niños, “tiene relación con las formas de crianza donde los padres son más indiferentes y permisivos. Muchas veces tienen un escasa conexión emocional con sus hijos y tratan de cubrir estas necesidades, o bien controlar el comportamiento de los menores, haciéndose presentes con compras, juguetes u otros tipos de regalos. Esta falsa creencia del mundo adulto tiene como consecuencia el aprendizaje de la manipulación por parte de los niños, ya que la están adquiriendo directamente desde la forma de actuar sus padres hacia ellos mismos”, reveló la psicóloga.

CAMBIO DE ACTITUD

Como se puede apreciar gran parte del problema del consumismo y el peligro que estas conductas encierran, tienen en gran medida su origen desde la crianza y la relación con el entorno. Pero no todo está perdido, ya que conociendo las razones del problema siempre es posible poder aplicar una solución, la cual radica en un cambio de actitud, enseñanzas y autorregulación, según indicó la psicóloga.

“Si les enseñamos cosas distintas como que el consumo y las compras no son cosas importantes, el niño lo va a incorporar en su aprendizaje, en este proceso también se involucran mucho las competencias parentales, de cómo los padres sean capaces de contener las emociones del niño y calmarlo”, dijo Carla Iribarren.

La profesional entregó algunas recomendaciones para saber cómo actuar frente a estos casos. “Por ejemplo cuando un menor tiene necesidades de compra inmediata, como decir ‘quiero esto, ahora y ya’, estamos frente a un niño con un escaso control de la impulsividad y autorregulación, entonces hay que ser capaces de poder decirles que no o indicarles que quizás se puede más adelante, lo importante es lograr que el niño acepte ese tipo de respuestas para que logre desarrollar la tolerancia a la frustración”, explicó.

CUANDO EL “VIEJITO” NO PUEDE

Manejar las expectativas y controlar la ansiedad de los niños con respecto a los regalos que piden en Navidad no es un tema menor, sobre todo cuando se trata de personalidades con una alta conducta consumista e impulsiva.

En ese aspecto la psicóloga aconsejó “por ejemplo si un hijo pide 5 regalos y está acostumbrado a recibirlos todos, lo padres siempre pueden poner límites, como decirles que de esos 5 regalos pueden escoger 2, lo importante es poder explicarles con paciencia, empatía y en un lenguaje que puedan comprender que no siempre es posible recibir todo lo que pide y que efectivamente esta decisión se cumpla. Para lograrlo es necesario que exista una coherencia y respeto en las decisiones entre ambos padres y la familia en general, que no se produzca una desautorización dentro del bloque familiar y que los limites sean siempre claros para todos”.

La profesional señaló que al realizar este tipo de ejercicios, respecto a la cantidad o tipo de regalos que pueden elegir, también se le está mostrando al niño su capacidad de autonomía, lo cual le ayuda a desarrollar su capacidad de decisión.

EL AUTOCONTROL

Manejar el nivel de consumismo no sólo es un tema que atañe a los menores, también es importante como adultos saber controlarse frente a la avalancha de ofertas, gastos y créditos que aparecen durante esta época del año.

La psicóloga Carla Iribarren sostuvo que “para evitar un colapso es necesario poder entender el contexto de estas celebraciones, por ejemplo rescatando ciertos rituales que van más allá de los regalos, también es necesario tener claro cuál es nuestra realidad económica, saber cómo funciona el modelo neoliberal, poder dejar de lado las falsas creencias o el auto convencerse con el discurso de ‘lo necesito y me lo merezco’, que muchas veces nos hacen perder el control frente a estas ofertas que pasan a ser realmente gastos innecesarios. Es necesario ser conscientes de los mensajes que recibimos a través de los medios o el entorno, los cuales muchas veces nos convencen de adquirir cosas que realmente no necesitamos”.

NO A LAS COMPRAS IMPULSIVAS

El decano de la Facultad de Economía y Negocios de la UTALCA, Arcadio Cerda, identificó dos tipos de compradores muy marcados en la actual sociedad chilena.

“Hay quienes desde junio inician la compra de regalos navideños, buscando los mejores precios y oportunidades con calma, este grupo corresponde a personas organizadas que aprovechan de mejor manera sus recursos, mientras que otra parte de la población, ya sea por falta de recursos y tiempo, realizan sus compras muy cercano a la fecha y tratan de aprovechar todas las ofertas del momento, comprando cosas que a veces no necesitan producto de la impulsividad”, manifestó.

El especialista explicó que este tipo de conductas, con gastos excesivos en bienes y servicios no tan necesarios son las principales causas del endeudamiento que genera conflicto cuando los ingresos no alcanzan.

Añadió que “es en este punto cuando la compra impulsiva, que parecía algo maravilloso, puede imposibilitar cubrir una deuda y terminar por manchar los antecedentes financieros de una persona, limitando las posibilidades de futuros créditos para adquirir bienes que realmente si son necesarios”.

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