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Académico advierte que actual Constitución no garantiza los derechos de infancia y adolescencia en Chile y que no los reconoce como ciudadanos

El director del CEDIA, Isaac Ravetllat, plantea que en el proceso de redacción de una nueva Carta Fundamental, que se podría producir en el país después del plebiscito de abril, se debe lograr incorporar esta temática.

Con el estallido social que vive hoy en el país, muchos temas han salido a la luz pública en materia de derechos y uno de éstos tiene que ver con la falencia que existe en la Constitución con respecto a dar garantías para los niños, niñas y adolescentes.

El académico y director del Centro de Estudios de Infancia y Adolescencia (CEDIA) de la Universidad de Talca, Isaac Ravetllat, explica que hay artículos en la Carta Magna que debieran ser discutidos durante el debate para la redacción del nuevo texto jurídico que regirá a Chile y que podrían permitir mejorar la calidad de ciudadanos con derechos y deberes de los niños, niñas y adolescentes.

Se trata de los artículos 1, 13 y 19. El primero, según Ravetllat, indirectamente hace un llamado a proteger o beneficiar el ámbito de la niñez en la Constitución: “dice que la familia, es el núcleo fundamental de la sociedad, pero no garantiza de manera explícita el desarrollo de niños y adolescentes. Uno podría hacer una interpretación, de acuerdo con la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989, de que la familia es un espacio de socialización, de guía, de garantizar el desarrollo integral de niños y adolescentes, pero es una interpretación, no está consolidado en el texto”.

En tanto, dice, en el artículo 13 de la Constitución actual “hay una clara exclusión de la niñez”, ya que dice que los chilenos que hayan cumplido 18 años son ciudadanos, “deduzco yo, que el texto está aludiendo al sufragio, pero claramente la contextualización de lo que es ciudadanía en la actualidad es un concepto mucho más amplio que eso. Por lo tanto, el excluir a más o menos 15% de la población, que está por debajo de la mayoría de edad, significa que actualmente en Chile esos niños, niñas y adolescentes no son ciudadanos o ciudadanas y eso es totalmente contrario a los preceptos internacionales de la Convención de los Derechos del Niño”.

Finalmente, en el artículo 19 de la Constitución, que es donde se reconocen los derechos fundamentales de toda persona, el profesor manifiesta que también debiera incluirse a la niñez,
Ravetllat advierte que “la actual Constitución no garantiza los derechos de infancia y adolescencia en Chile y que no los reconoce como ciudadanos de presente, esto significa que los reconoce en el futuro, pero no en la actualidad. Esto puede cambiar y debe ser analizado en el debate que se producirá para redactar una nueva Carta Magna”.

El académico recordó que hace un tiempo, distintas organizaciones de la sociedad civil, con el respaldo de entidades como el CEDIA de la Universidad de Talca, la Red de Universidades por la Infancia y la Defensoría de la niñez, generaron una propuesta que apuntaba a incorporar el interés superior del niño por primera vez en la Constitución. “Esta iniciativa fue presentada como proyecto de ley en el Congreso por parlamentarios de oposición y fue discutida, sin éxito, días antes de que se produjera el estallido social. Esta propuesta apuntaba precisamente a incorporar en este artículo 19, un 19 bis, que tuviese mención expresa y directa, por primera vez en la Constitución, a la niñez y adolescencia, incorporando el interés superior del niño y el principio de autonomía progresiva”, detalló el experto.

El director del CEDIA agregó que “sería muy relevante que si hay un proceso constituyente, la visión de la niñez, una vez más, no fuera dejada al margen porque, como no hay una agrupación o colectivo que presione en ese sentido, se corre el riesgo de volver a ser invisibles en el proceso de elaboración de la nueva Constitución y nuevamente vaya a surgir una discriminación por parte de la sociedad”.

El profesor puntualizó que «por años se ha acuñado la idea de que los niños, niñas y adolescentes son los ciudadanos del futuro, es una frase muy típica, y se plantea que ahora se tienen que formar y educarse porque van a ser los ciudadanos de futuro. Pero ese pensamiento es muy peligroso, porque significa que en el presente, en el día de hoy, al estar por debajo de los 18 años, se les niega ese concepto de ciudadanía y la posibilidad de tener incidencia social y además de poder ejercer derechos de manera autónoma. Por eso es importante que se les vea como ciudadanos de presente. Si esto no ocurre la pregunta es ¿y qué son ahora, antes de cumplir 18 años? El sistema debe reconocerte, darte visibilidad, porque necesitas soluciones ahora como niño y adolescente».