Académico trabaja en la restauración de bosques afectados por incendios

4 Enero 2019

Un estudio de la Universidad de Talca y la Universidad de Concepción estimó que la mitad de las áreas quemadas por los incendios de 2017 aún no han sido recuperadas. La reforestación y la restauración ecológica de los ecosistemas afectados es una asignatura pendiente en el país.

El académico de la Facultad de Ciencias Forestales, John Gajardo, trabaja en un proyecto de la Conaf que busca restaurar los sistemas esclerófilos afectados por los incendios en el sector Villavicencio, comuna San Javier. El experto trabaja en dos líneas: restauración activa y restauración pasiva.

“La restauración pasiva busca que el ecosistema se recupere automáticamente. En la restauración activa el hombre genera acciones para la recuperación; por ejemplo, reintroducir nueva vegetación, crear sitios para evitar pastoreo y prevenir que los animales se coman los rebrotes, proteger las plantas del sol, entre otras medidas”.

Sin embargo, Gajardo aclaró que siempre existe una confusión entre los conceptos de reforestar y restaurar.

“El primer término consiste en la plantación de especies en un lugar desprovisto de vegetación y el segundo radica en devolver al ecosistema afectado su grado de funcionalidad anterior al siniestro. La restauración es un proceso más complejo porque lo que se trata de regenerar o reconstruir las interrelaciones que existían entre la fauna y la flora, producción de agua, reducción de temperatura, producción de oxígeno y absorción del carbono de la atmósfera”.

El académico también labora en la recuperación del Ruil, el árbol más amenazado de Chile y que crece solo en la cordillera de la costa del Maule. El megaincendio de 2017 se llevó prácticamente el 50% de la superficie de esta especie endémica.

Prevención

El año inició con más de 70 incendios forestales y según pronósticos del agroclimatólogo de la Universidad, Patricio González, se esperan ocho olas de calor entre enero y febrero, cuyas características incrementar el riesgo de incendios forestales. En tal sentido, Gajardo aseguró que la mejor forma de combatir este fenómeno es la prevención.

“Países con muchos más recursos como Estados Unidos y Portugal, han sido incapaces de controlar los incendios. No es un tema de recursos sino de lógica de prevención. California a pesar de contar con una de las mayores economías del planeta no ha sido capaz de controlar los siniestros. Por tanto se debe enseñar a las personas desde temprana edad sobre el riesgo de incendios forestales y la incidencia del factor humano como gatillante de este fenómeno”, aseguró.

Gajardo también aseguró que otro método de prevención que debe aplicarse es la planificación territorial, en la cual se genera un mosaico de cultivos de suelo.

“Por ejemplo, por un lado tengo una zona dedicada a la producción de madera pero en sus inmediaciones tengo un cultivo agrícola y luego tengo otro uso de suelo. Esto permitiría contar con un cortafuego natural que evitaría la propagación, puesto que la expansión de los incendios guarda mucha relación con el monocultivo”, explicó el investigador quien además trabaja con una alumna tesista en la evaluación del índice de probabilidad de ignición que usa Conaf como sistema de prevención (Botón Rojo).

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