Académicos identificaron deficiencias del presupuesto para educación 2021

Especialistas del Instituto de Investigación y Desarrollo Educacional (IIDE) desglosaron algunos aspectos de la partida aprobada en esta área, expresando su preocupación por lo que ocurra este año en los establecimientos educacionales.

21 Enero 2021

“Los impactos de la pandemia en la educación escolar y superior del país han sido de gran magnitud, y aún están parcialmente diagnosticados, dada la situación que se vive”, aseveraron los académicos del Instituto de Investigación y Desarrollo Educacional (IIDE) de la Universidad de Talca, Sebastián Donoso y Daniel Reyes, quienes reflexionaron sobre las problemáticas del sector, en relación con el presupuesto aprobado para 2021.

Donoso planteó la necesidad de determinar si el presupuesto definido responde al diagnóstico de la situación generada el año anterior, donde se generó un aumento en la desigualdad social en el país, debido a la ‘escuela virtual’. “Estimativamente al menos el 20% de la población escolar no participó sistemáticamente de actividades educativas”, precisó.

A esto se suma, según el académico, que la infraestructura y equipamiento escolar para el período lectivo que se inicia en marzo, “son inadecuados para enfrentar las estrategias formativas presenciales”, ya que se requerirán de recintos que cuenten con las condiciones de sanidad comprendidas para una pandemia.

Por ello, los especialistas se mostraron preocupados por la partida presupuestaria 2021 para el sector. “Una visión aún muy inicial muestra que su crecimiento es casi cero, es decir muy similar al del 2020. Se podría pensar que en este escenario de restricciones ello es meritorio, aunque ciertamente no suficiente ante la magnitud de las tareas educacionales que se deben asumir”, afirmaron.

Reyes explicó que en el presupuesto casi el 50% del total son recursos destinados a las diversas subvenciones escolares, montos que fueron reducidos en un 1%. “En recursos financieros este es un porcentaje muy relevante, pues son los aportes dirigidos a sostener el funcionamiento de las escuelas, que este 2021 deben afrontar tareas pedagógicas mucho más complejas, debiendo asegurar el funcionamiento operacional de recintos escolares con costos superiores, por los temas de habilitación de espacios educativos y sanitización constante, además de proveer de mayor conectividad y equipamiento a las escuelas, sus docentes y estudiantes”, manifestó.

Los académicos manifestaron que se “necesita de mayores recursos ya que la sola redistribución presupuestaria no garantiza que sean suficientes”.

Algunas cifras

Entre los datos analizados, se observa una reducción en 0,8% en la Subvención Escolar Preferencial (SEP), en circunstancias que –de acuerdo a su visión- se requerirá para el 2021 de más apoyo para los estudiantes, debido a los problemas de desempleo que se observan en el país. “Cuesta entender estas cifras expuestas, en el marco de la crisis que debemos enfrentar y donde la educación debiera ser una herramienta clave en la solución de ésta”, indicó el profesor Donoso.

Los académicos además precisaron que, a pesar que los recursos destinados a la nueva educación pública crecen, se debe tener en cuenta que dichos montos son para la instalación y operación de los equipos técnicos y no para el funcionamiento de las escuelas. Por otro lado, manifestaron que a pesar de liberarse algunos recursos, que antes se destinaban a gestión de los DAEM, esto “no compensa la reducción de casi el 1% de las partidas más impactantes en el presupuesto 2021”.

Propuesta a mediano plazo

Dados los muchos impactos que sufrió la educación debido a la pandemia, la solución –de acuerdo a los académicos de la UTalca- no se alcanzará el 2021. Por ello, su propuesta es de mediano plazo y considera la construcción de un presupuesto público de educación, visto como un instrumento clave de política. “Es fundamental trabajar con un horizonte de mediano plazo, donde se inserte la propuesta presupuestaria aprobada por el parlamento, en una visión que no implique un ejercicio anual descontextualizado, sino basado en un plan estratégico de mayor alcance”, argumentó Reyes.

Para ello, los profesores de la UTalca plantean un sistema donde exista un consenso importante con los actores sectoriales como son los sostenedores públicos y privados, el gremio docente y de funcionarios, autoridades, además de estudiantes y apoderados, abordando un par de posible escenarios de operación. De esta forma se generaría una “menor improvisación en las tareas de recuperar a los estudiantes y reintegrar al sistema a los que no han estado”.

A esto, de acuerdo a Sebastián Donoso, se debería adicionar, la suspensión de las pruebas SIMCE y de la evaluación docente, por lo menos por algunos años. “De esta forma se concentran esfuerzos en las tareas de reconstrucción de los aprendizajes esenciales y reducción de las tensiones intra y extrasistema educativo”, puntualizó.

Educación superior

También analizaron el caso de la educación superior. De acuerdo a los datos, las principales partidas en esta materia experimentan incrementos importantes, excepto el ítem becas, que decrece 18%. Lo mismo ocurre con los recursos a las universidades estatales y del Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH), que disminuyeron en 2%. Mientras que la gratuidad se incrementa 9% a nivel de la educación superior universitaria y 7% a nivel de la educación técnica superior (IP y CFT).

“A las universidades del CRUCH se les reduce su crecimiento a valores menores que el IPC, y se observa que la gratuidad es -principalmente- un traspaso a agentes privados de recursos públicos, dado que la mayor parte de la matrícula universitaria es privada”, explicó Donoso y agregó que, “sería interesante preguntarse si era prioritario realizar estos movimientos, más aún cuando las partidas más relevantes de apoyo al sistema escolar, que sin lugar a duda atiende la población más vulnerable, no recibe el apoyo requerido para operar en esta post crisis, al menos en cifras macro”.

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