Advierten que exposición a ruidos intensos puede provocar daño auditivo permanente

Este 29 de abril es el Día Mundial del Ruido, fecha que se conmemora para educar a la población en torno a los problemas de salud que generan los sonidos molestos, tráfico de vehículos y aviones y otros.

29 Abril 2020

Desde 1996 se conmemora el último miércoles de abril el Día Internacional del Ruido, que busca generar conciencia sobre los problemas de salud que generan los sonidos molestos, como el del tráfico de vehículos (autos, trenes o aviones), maquinaria, etcétera.

El director de la Escuela de Fonoaudiología, Miguel Vásquez, explica que “el ruido se podría definir como cualquier sonido sin armonía ni ritmo y/o que genera molestia al oírlo. Lamentablemente está muy presente en nuestra vida diaria, pues se asocia a todas las actividades que desempeñamos cotidianamente, desde caminar por una calle del centro de nuestra ciudad (por el ruido generado por maquinarias en la construcción de algún edificio) a utilizar algún vehículo motorizado (por el ruido que generan los motores). Por ello se considera un tema de salud pública, pues nos afecta todos”.

Vásquez agrega que “otro elemento a considerar es que la exposición a estos sonidos de manera prolongada y/o a una alta intensidad puede provocar daño auditivo, el que puede ser permanente. También se ha comprobado que puede ser un factor de riesgo para generar ciertas patologías, como incremento de niveles de estrés, trastornos del sueño y enfermedades cardiovasculares”.

INCAPACIDAD LABORAL

Una de las mayores tasas de incapacidad laboral está asociada a la hipoacusia, dice el académico, “que es la pérdida auditiva. Por ello en varias actividades laborales se exige a los trabajadores el uso de material de protección auditiva, como ocurre en el rubro de construcción, minería, forestal, entre otros. Las maquinarias utilizadas en esas labores alcanzan altas intensidades que pueden provocar pérdida auditiva permanente si no utilizan las medidas de protección sugeridas”.

El director de la escuela de Fonoaudiología explica que en Chile “existe una ley que regula la exposición a ruidos de los trabajadores. En ella se establece que una persona puede estar expuesta como máximo ocho horas diarias a una intensidad de 85 dB. El equipo que se utiliza para medir la intensidad del sonido se llama sonómetro y la unidad de medida se llama decibel (dB). Pero los daños auditivos pueden generarse también por exposición a ruidos recreacionales. Por ello se sugiere la prevención y evitar la exposición innecesaria a estas condiciones desde temprana edad”.

NIÑOS

Vásquez recalca que en “la población infantil se sugiere que evitemos la utilización de juguetes que generen sonidos de alta intensidad, como silbatos, trompetas, cornetas.

En la población juvenil y adulta se sugiere limitar la asistencia a conciertos o discoteques, por la alta intensidad que se alcanza en esos eventos. También es riesgoso practicar actividades como el tiro deportivo o la caza. Y si las realizan, tomar las precauciones del caso, utilizar protección auditiva”.

El especialista agrega que las personas de todas las edades deben tomar conciencia sobre la intensidad en la que escuchan música con sus auriculares. “Se pueden alcanzar intensidades muy altas (sobre 100 dB) y si lo realizan de manera constante, pueden provocar el mismo daño que el trabajar expuesto a ruido. La gran mayoría de los dispositivos portátiles de música y teléfonos móviles tienen sistemas de limitación de la intensidad y/o entregan un mensaje en la pantalla. Es para recomendar a los usuarios que -a partir de esa intensidad- si escuchan música de manera prolongada, se puede generar daño auditivo”, dice.

El profesor Vásquez resalta que “el daño auditivo es acumulativo y no recuperable. Los síntomas no aparecen de inmediato. Tal vez por esa razón la gran mayoría de las personas no le prestan mayor atención y consultan tardíamente y, probablemente cuando ya existe una pérdida auditiva”. Por eso se sugiere incorporar la evaluación auditiva a los exámenes de salud periódicos. Una consulta al año en caso de no tener mayores dificultades auditivas y si las tienen, consultar a la brevedad a médico otorrinolaringólogo y solicitar una evaluación auditiva.

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