Antropóloga analiza la comunicación de riesgo del gobierno: “El gran problema es que se entregan mensajes estandarizados, con excesivo centralismo y poco coherentes”

Académica Giselle Davis, sostuvo que un mensaje estandarizado hace que se produzca una distancia porque se está hablando desde un contexto y escenario al que no pertenece toda la ciudadanía.

25 Enero 2021

La existencia de una comunicación de riesgo estandarizada para todos los habitantes del territorio nacional y la fluctuación del discurso por parte de las autoridades sanitarias inciden en la forma en que las personas perciben las medidas para combatir la pandemia de Coronavirus en el país, así lo indicó la antropóloga del Departamento de Salud Pública, Giselle Davis.

La académica de la casa de estudios maulina sostuvo que el centralismo del gobierno ha derivado en mensajes estandarizados y determinados por un contexto, dirigidos desde la Región Metropolitana hacia todo el territorio nacional, lo que repercute negativamente en cómo son percibidos por la población. “Un mensaje estandarizado hace que efectivamente se produzca una distancia porque me están hablando de un contexto, de un escenario, de situaciones, símbolos y significados que no me pertenecen. Entonces, cuando yo no me reconozco en el mensaje, evidentemente lo veo como algo lejano”, sostuvo Davis.

“Si no contacto con el mensaje, simplemente no existe. Un mensaje destinado a un joven de 17 años no es lo mismo que para una persona mayor, o para un niño o un adolescente. En la medida que podamos diferenciarlos, contextualizándolos y dirigiéndolos a actores concretos, podemos tener mensajes epidemiológicamente más consistentes”, recalcó la experta.

A juicio de la antropóloga experta en salud pública, la actitud cambiante respecto a temas como la estrategia de las cuarentenas y la fluctuación en los discursos, hace que se pierda el referente. Explicó que al haber una consistencia desde quienes nos están guiando, las personas hacen una evaluación de acuerdo con la información que se recibe, respecto de qué tan vulnerable se es o no a la pandemia, y en función de esa vulnerabilidad, la ciudadanía se significa y asume las medidas de prevención que corresponden.

“Pero, si un día nos dicen que somos vulnerables, y después nos dicen que no tanto porque de todas maneras podemos ir de vacaciones o que ustedes son vulnerables, pero los del lado no lo son, se pierde la consistencia, y finalmente las personas empiezan a confiar más en sí mismas. No hay un discurso público que actúa como un referente”, recalcó.

Otro aspecto relevante -dijo- es la denominada disonancia cognitiva. Esto es cuando existe una cuestión que no hace sentido o que no se logra coherentemente integrar. Añadió que, ante la existencia de mensajes contradictorios, las personas terminan adoptando lo más conveniente y lógico, haciendo caso omiso del mandato, porque simplemente no es racional, enfatizó. “Si te dicen: quédese en casa, pero no puedo hacerlo porque no poseo dinero; o me dicen que tengo que mantener distancia y usar mascarilla, y resulta que debo tomar un colectivo o una micro, evidentemente se produce una disonancia cognitiva”, añadió la académica.

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