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Un nuevo paso en el camino a convertirse en una universidad totalmente sustentable realizó la UTALCA al cumplir con todos los requisitos y poder recibir, el viernes próximo, su certificación en Huella de Carbono, actividad que viene realizando desde el año 2012, siendo pionera en la medición.
A nivel regional es la única Casa de Estudios en certificar su medición y, a nivel nacional, es acompañada por otras tres. La Corporación, desde su Dirección de Responsabilidad Social Universitaria crea en 2012 el programa “UTALCA Sustentable”, cuyo objetivo es desarrollar los aspectos económicos, sociales y ambientales a través de la ejecución de líneas de trabajo tanto al interior de la casa de estudios con el apoyo de todas y cada una de las unidades académicas y administrativas, como de la comunidad externa. Entre sus principales tareas realiza la medición.
Iván Coydan, vicerrector de Vinculación de la Universidad maulina refiriéndose a la certificación expresó que “la importancia de medir la huella de carbono radica en que a partir de un resultado se constituyen ciertos parámetros, y a partir de estos se pueden tomar acciones que permitan mitigar las consecuencias negativas del cambio climático”.
El 2016 es el primer año en que este indicador es calculado en todos los campus universitarios, Talca, Curicó, Santiago, Colchagua y Linares. El análisis considera la evaluación y seguimiento de las fuentes de emisión de gases de efecto invernadero (GEI) que generan las actividades de la Institución. “Medir la huella de carbono permite a las organizaciones conocer su impacto energético hacia el medio ambiente. Medir la huella de carbono es en sí un acto de responsabilidad y vinculación social con nuestra comunidad” dijo la autoridad.
Agregó que “para la universidad el contar con un programa como UTALCA Sustentable da cuenta de la preocupación de la Institución por convertirse en una Casa de Estudios respetuosa de la biodiversidad y el cuidado del medio ambiente”.
La huella de carbono nace como una medida de cuantificar y generar un indicador del impacto que una actividad o proceso tiene sobre el cambio climático, más allá de los grandes emisores. Se define como el conjunto de emisiones de gases de efecto invernadero producidas, directa o indirectamente, por personas, organizaciones, productos, eventos o regiones geográficas, en términos de CO2 equivalentes, y sirve como una útil herramienta de gestión para conocer las conductas o acciones que están contribuyendo a aumentar nuestras emisiones, cómo podemos mejorarlas y realizar un uso más eficiente de los recursos.
