Ciencia desde la universidad pública: beneficio y desarrollo del país

19 Agosto 2011

Uno de los ámbitos que sostienen el desarrollo económico de un país es el de generación de conocimiento con investigación científica e innovación tecnológica. Sin embargo, Chile dedica un escaso 0,4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) al desarrollo de esta actividad, comparado con el 2,4 promedio de los miembros de la OCDE.

Conscientes de esta realidad, los equipos científicos de la Universidad de Talca son pioneros en Ciencia desde la universidad pública: beneficio y desarrollo del país la implementación de diversos proyectos, en alianza con el sector productivo chileno, a través de la aplicación de la ley de incentivo tributario, que beneficia a empresas privadas que se vinculan con centros de investigación acreditados por CORFO.

Se trata de la ley 20.241, de Incentivo Tributario para la Inversión Privada en Investigación y Desarrollo (I+D). De los cerca de 90 centros de investigación certificados por CORFO que actualmente existen en el país, ocho pertenecen a nuestra Casa de Estudios, los que bajo esta modalidad tramitan y ejecutan cinco proyectos de I+D.

“Tiene vigencia hasta el 2017 y agrupa a cuatro actores principales. En primer lugar, un centro de investigación, acreditado por Corfo, junto con la contraparte privada, que encarga los estudios. También está CORFO, que certifica los centros y los contratos, el Servicio de Impuestos Internos, que otorga el beneficio tributario”, explicó Pablo Atal, de la Dirección de Transferencia Tecnológica de nuestra Universidad.

Universidad pionera

El primer contrato que se acogió a la franquicia en la UTALCA y en la Región del Maule, es una iniciativa inédita en Chile. Lo firmó el Centro Tecnológico del Álamo (CTA) con el consorcio Santa Marta, que tiene a su cargo un relleno sanitario en la Región Metropolitana. “Trabajamos en el tratamiento de residuos, efluentes de líquidos percolados, con un filtro verde compuesto por híbridos de álamo”, explica Cristian Espinosa, académico del CTA.

La variedad de álamo más apropiada está en proceso de selección y cumplirá la función de absorber y filtrar altos contenidos de sal y materia orgánica de los líquidos percolados de la basura del relleno sanitario. “Estamos realizando pruebas con gran cantidad de híbridos, unas 80 variedades, de las 2 mil 500 que tenemos en nuestro catálogo, en la Universidad”, asegura Espinosa.

En la actualidad, dos proyectos se encuentran en ejecución, uno está en proceso de ratificación por parte de CORFO y otro a la espera de la firma. Un quinto contrato ha comenzado el proceso de evaluación.

Esta realidad contrasta con el panorama a nivel nacional. El 80 por ciento de los contratos que se han acogido a este beneficio, lo ejecutan centros de investigación que no están ligados a las universidades.

La UTALCA representa una excepción. Sus profesionales y académicos representan el 10 por ciento del total de centros certificados a nivel nacional y trabajan aceleradamente para aumentar ese indicador. “La Dirección de Transferencia Tecnológica presta servicio a las empresas para la certificación. De esta manera, facilitamos el vínculo, pues a la contraparte le ahorra los trámites burocráticos”, indica Pablo Atal.

Además, la Universidad, a través de la Facultad de Ciencias Forestales, está tramitando el primer contrato colectivo a nivel nacional. Varias empresas investigarán, junto a este centro, alternativas de control químico biológico integrado de plagas, que puede tener como resultado mantener a raya la población del roedor que transmite el virus hanta.

Para el vicerrector de Innovación y Transferencia Tecnológica, Yerko Moreno, el liderazgo que ostenta nuestra Casa de Estudios en esta área es resultado de una apuesta como institución pública de aportar al desarrollo de nuestro país, lo que, además, va en directo beneficio de quienes se forman en a UTALCA.

“Estos contratos son el fruto de una política institucional. El desarrollo de un país está ligado estrechamente a la inversión dedicada a las ciencias y los centros de investigación de la Universidad actúan para cubrir esa necesidad de nuestro país”, asegura.

“En consecuencia, gana el sector productivo, que mejora su competitividad, y la Universidad, que potencia la investigación científica y una relación estrecha con la industria. Y también los alumnos de pre y postgrado, a quienes se les abren nuevas redes de contacto, oportunidades laborales y académicas para desarrollar sus proyectos de tesis con las empresas”, recalca.

Centros de investigación certificados

Los aspectos que son considerados para la habilitación como contraparte científica de los contratos I+D son, entre otros, el currículum de los investigadores, estados financieros, calidad de la infraestructura y equipamiento técnico. En la UTALCA son ocho.

– Centro de Pomáceas

– Facultad de Ingeniería

– Facultad de Ciencias Forestales

– Laboratorio de Sanidad Vegetal

– Centro Tecnológico del Álamo

– Centro Tecnológico de la Vid y el Vino

– Instituto de Química de los Recursos Naturales

– Centro de Investigación y Transferencia en Riego y Agrometeorología

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