Cómo manejar los permisos veraniegos de los adolescentes

22 Enero 2015

El verano es el periodo del año en que -por la flexibilidad horaria y al no tener clases- los adolescentes piden más permisos para salir a fiestas e incluso, para ir solos o con amigos de vacaciones.

¿Hasta qué hora le doy permiso? ¿Ya puede irse de vacaciones solo? Otorgar las primeras libertades siempre es una tarea difícil; pues los padres sienten temor de que sus hijos enfrenten peligro y dudan si serán capaces de cuidarse solos.

Sin embargo, es la etapa en que tiene más inquietudes. El Servicio de Salud del Maule dice en su sitio web que deben lograr autonomía progresiva, de modo que cuenten con información y servicios adecuados para que puedan tomar decisiones a favor de su salud y calidad de vida, en el marco de relaciones inter generacionales positivas y cercanas, de una integración social activa y con equidad de género.

Agrega que en su crecimiento debe haber “participación social, incorporándolos a su entorno, canalizando la enorme energía disponible para nuevos aprendizajes y el interés por explorar el mundo que caracterizan la adolescencia, permitiendo a las personas con el apoyo de su comunidad, culminar su proceso de desarrollo y de construcción para sí mismos de una identidad que se proyectará en la vida adulta, reconociendo en este período, enormes oportunidades para la construcción y consolidación de formas de vida saludables, equitativas y solidarias”.

NEGOCIAR

La regla de oro, dicen los expertos, es llegar siempre a una buena negociación, que sea justa para ellos y tranquilizadora para los padres. Las normas, además, deben ser consensuadas entre los padres y, una vez que se han puesto de acuerdo entre ellos, plantearlas y discutirlas con los hijos, dándoles un espacio importante de participación.

Lo ideal, se apunta, es partir con pequeños permisos, para evaluar la respuesta del joven y chequear si cumplió con el horario y si aceptó las condiciones. Un clásico ejemplo es cuando el adolescente quiere llegar de la fiesta a las 4 de la mañana y el padre dice a las 2. En este caso, se aconseja llegar a un término medio, o proponer partir con un permiso a las 2:30 y si se cumple ir extendiéndolo.

PATRÓN DE CONDUCTA

La psicóloga y académica de la Universidad de Talca, Carla Iribarren, dice al respecto que no es necesario “hablar de edades específicas para los permisos, pues si bien existen etapas del desarrollo humano y junto a ello hitos asociados a dichas etapas, el contexto, las experiencias personales y el estilo de crianza van a influir fuertemente en el nivel de dependencia o independencia que tenga el adolescente”.

“El tomar las decisión de dejar o no al hijo/a partir de vacaciones con amigos va a responder más bien a una historia, a un estilo que como padre se ha implementado con el hijo toda su vida. No es algo que va a depender de la edad, va a depender de cómo se ha criado a este adolescente, incluso desde cuando era muy bebé. También va a depender de si existe o no comunicación y confianza para que el adolescente exprese lo que piensa, lo que siente y junto a ello si tendrá o no la confianza para recurrir a sus padres en momentos de crisis, pues al salir solo el joven puede verse expuesto a riesgos y hay que preguntarse si el hijo o hija recurrirá a nosotros como padres en caso que lo requiera”.

Según Iribarren, “esto implica que los padres debemos demostrar a nuestros hijos que confiamos en ellos, que pueden dirigirse a nosotros libremente, esto brindará una base segura para ellos. Claramente, siempre marcando los límites, reglas y respeto necesario. La época de vacaciones es una buena instancia para ir entregando ciertas libertades, con el afán de promover autonomía en el adolescente, sin olvidar entregarle al mismo tiempo responsabilidades, que acompañan este crecimiento”.

Para Karina Pizarro, educadora diferencial, magister en Política y Gestión Educacional, “la adolescencia, etapa humana comprendida entre los 13 y 20 años aproximadamente, es entendida como el proceso de búsqueda y construcción de su propia identidad, resolviendo la pregunta ¿quién soy?”.

“Para Salmar Akhtar y Steven Samuel, psiquiatras, esta construcción es igual que las piezas de un puzle, entre ellas: claridad de género, conciencia moral (lo bueno/lo malo, los valores), la autoestima. Cuando estas piezas no están encajando, los adolescentes mantienen conductas y actitudes incoherentes, se dejan influenciar por sus pares, por el afán de ser aceptado por su grupo”.

La educadora recalca que “son los padres o adultos responsables, quienes deben guiar y entregar las herramientas emocionales que apoyen al adolescente, en esta etapa. ¿Qué deben hacer? Conozcan a sus amigos, que invadan tu casa, el refrigerador, invítalos a ser parte de la rutina de tu familia, y así conocerás sus motivaciones o desmotivaciones, sus intereses, sus comportamientos, hazle sentir a tu adolescente que estas presente, aun cuando estés a cientos de kilómetros”.

Sobre salir de vacaciones solo o con amigos, Pizarro dice que la respuesta es “difícil. Debe demostrar que puede ser autónomo: cocinar, usar locomoción, orientarse en el entorno, hacer rendir el dinero. ¿Salir con pololo/a? Es una realidad que se da desde el siglo pasado, como padres qué podemos hacer: primero hablar de sexualidad desde las edades tempranas y variando las temáticas con los años. Es durante la adolescencia que el interés sexual consigo mismo y con otro, se hace más evidente y constante. Los valores o patrones culturales de la familia son importantes, pero la decisión de experimentar es individual, se debe trabajar con el adolescente, para que vea los riesgos de sus decisiones y decida solo; cuando no logras que un adolescente decida por sí mismo, no consigues nada”.

MOCHILEO: SOLO PARA MAYORES DE EDAD

La sicóloga Isabel Schonffeldt, cree que al otorgar los permisos a adolescentes, hay que considerar los siguientes factores: la edad, experiencias previas, madurez y la forma de ser del joven. “El descanso debe ser un espacio de placer y si durante el año se han respetado ciertos acuerdos, corresponde permitir salidas, siempre y cuando sea con supervisión de un adulto conocido por los padres. La negociación dependerá de cada relación y de cuales fueron los compromisos adquiridos durante el año. Ojo, si un panorama no se ajusta a la forma de ser del adolescente, puede sentirse presionado por su grupo de pares a ir o a hacer algo que no desea”.

Respecto del “mochileo”, Schonffeldt dice tajante que es un tema que contempla muchos factores de riesgo, “yo recomiendo el permiso con la mayoría de edad”.

FACTORES DE RIESGO

Si lo que usted quiere es proteger a toda costa a su hijo/a, encerrándolo en una burbuja, está en un claro y severo error. La Organización Mundial de la Salud (OMS), explica que muchos problemas de salud mental surgen al término de la infancia y principios de la adolescencia. El hecho de potenciar la sociabilidad, la capacidad para resolver problemas y la confianza en uno mismo ayuda a prevenirlos (trastornos del comportamiento, la ansiedad, la depresión o los trastornos ligados a la comida, junto con otras conductas de riesgo como las ligadas a la vida sexual, el consumo de sustancias o las actitudes violentas), por lo tanto, debe dejar que salga y comparta, poniendo ciertas reglas y conversando de los peligros que implican salir al mundo.

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