CTA incorporó pistola de rayos X para detectar contaminación

9 Junio 2017

Detectar metales tóxicos en diferentes materiales para combustión, permite una pistola de rayos X que incorporó el Centro Tecnológico del Álamo (CTA), a fin de contribuir a evitar una potencial contaminación del aire.

El equipo prestará un servicio a diversas empresas con el propósito de certificar la calidad e inocuidad de materias primas que se utilizan para incineración, según explicó el académico del CTA, Ricardo Baettig. Al mismo tiempo, indicó que el instrumento trabaja con una técnica de fluorescencia de rayos X, a través de los cuales obtiene la composición de elementos químicos presentes en las muestras medidas en un lapso de apenas 30 segundos. Baettig destacó también la facilidad para transportar a terreno el equipamiento —es portátil— con el objeto de determinar si existen elementos nocivos en el material que se desee analizar, con la particularidad adicional de que las muestras no requieren preparación previa.

“Por ejemplo, si mido un polín obtendré inmediatamente una composición no normal, en la que se encuentra cromo, cobre y arsénico que son los elementos que se ocupan para impregnar este producto. Además, si buscamos una madera que se ocupará como combustión, y entrega una composición química anormal, podría detectarse si la muestra está contaminada o no, evitándose un grave proceso de contaminación”, precisó el académico.

En Chile está prohibido quemar madera que esté tratada con químicos, la que por obligación debe llevarse a relleno sanitario. “Eventualmente cuando hay sospecha de uso de maderas no apropiadas esto puede ser confirmado con la pistola, evitando que biomasas no inocuas ingresen a circuitos comerciales, lo que sería muy nocivo para el aire y la salud de los maulinos”, finalizó Baettig.

Esta tecnología fue adquirida como parte del proyecto del Fondo de Innovación para la Competitividad Regional (FIC-R) denominado “Innovación en biocombustibles sólidos densificados de origen agrícola para consumidores domiciliarios urbanos e industriales”. Tuvo un costo superior a los 20 millones de pesos y se puede utilizar también para medir la contaminación en los suelos o en los sedimentos de los cauces de agua. De este modo, es posible identificar, en forma rápida, si hay prácticas que atenten contra el medio ambiente. Otra de las ventajas que mencionó el investigador es la posibilidad de reemplazar procedimientos actuales que son más costosos y requieren de mayor tiempo.

“El uso de este equipo es alternativo a los métodos tradicionales de estudios de contaminación, que son más complejos de poner en marcha y sirve como primera medición”, sostuvo Ricardo Baettig.

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