De Juvenil a Sinfónica: el gran paso

12 Mayo 2011

Con absoluta concentración, los jóvenes siguen las instrucciones del director. Tocan la “Sinfonía del Nuevo Mundo”, de Dvorák. En la segunda fila, una profesora visitante de México, trata de disimular las lágrimas, pero no le resulta. En primera fila, otro profesor, saca un pañuelo. No puede ocultar la emoción. Al final, un aplauso enorme, felicitaciones y elogios.

Lo descrito corresponde a un hecho real y reciente. Y es también el reflejo del crecimiento que ha experimentado la Orquesta Juvenil de nuestra Universidad, que nació en 2004 con la apertura de la carrera de Interpretación y Docencia Musical. Cuerdas y algunas flautas le dieron sustento. Un preludio de ella fue la pequeña orquesta del Conservatorio, conformada por niños y adolescentes. Actualmente, tiene 74 integrantes del ramo de Práctica Orquestal y diez voluntarios, ya egresados.

A juicio de su director, Américo Giusti, éste es el mejor momento de la orquesta, que preparó el terreno para convertirse en sinfónica. El maestro cree, con optimismo, que 2011 puede ser decisivo. Y piensa también que lo será para la adquisición de los instrumentos faltantes.

“Hemos estructurado un plan de avance de los integrantes de la orquesta, que en promedio son cada vez más serios y trabajadores. Me llama la atención el nivel de seriedad de quienes ingresaron en los dos últimos años. Hay gente muy buena, que copa los lugares de estudio”, señala.

De madrugada

El profesor Giusti no exagera. Es común que los alumnos lleguen de madrugada a la Universidad, con sus instrumentos a cuestas. En ocasiones, a las 07:00 horas, los módulos de estudio ya están ocupados. “Eso indica un nivel que, en una generación, puede producir un cambio positivo”, argumenta Giusti.

Al pasar revista a los resultados del trabajo, concluye que la orquesta se ha consolidado. “Tiene un número de cuerdas excelente: hay 12 violines primeros, 14 violines segundos, 10 chelos y siete violas, lo que constituye una orquesta de cuerdas muy grande”, dice.

La evaluación es igualmente positiva en el caso de los vientos. “Se han vuelto cada vez más sólidos, con un avance notorio y, en algunos casos, brillante. Estoy muy orgulloso de los bronces y en las maderas hemos avanzado muchísimo también”, enfatiza.

La tendencia de contar con buenos músicos-estudiantes, en su opinión, debiera mantenerse en los próximos años, porque los jóvenes tienen conciencia de que la Universidad de Talca les entrega la formación que necesitan para ser buenos profesores y buenos intérpretes. Muchos de sus egresados están en la Orquesta del Teatro Regional y algunos en la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Concepción.

“Son capaces de ganar un concurso en una orquesta profesional. Pero también habrá muy buenos directores, producto de los dos años del curso de Dirección con una orquesta real, auténtica. Eso no existe en ninguna parte del mundo. Insisto, el mejor director de Chile de la próxima década está sentado en este momento en la Orquesta Sinfónica Juvenil de la Universidad de Talca”, afirma.

Condiciones especiales

El maestro Giusti sustenta su opinión, con argumentos adicionales que extrae de la realidad diaria. “Son muchachos que están años escuchando el sonido de una orquesta sinfónica, o sea, no están estudiando con piano. Para ellos, cada instrumento tiene un color determinado, un timbre determinado, una calidad determinada y están aprendiendo los problemas que esos instrumentos tienen”, asegura.

Otra gran ventaja radica en que las clases de Dirección estén a cargo de una maestra tan destacada como Alejandra Urrutia. “Vamos a tener muchas sorpresas”, acota Giusti, con entusiasmo.

Tan potente como su optimismo es también su esperanza de que la Escuela de Música pueda obtener recursos suficientes, no sólo para la adquisición de cornos y timbales que faltan, sino también para la ampliación de su edificio. “Percusión necesita una sala especial, porque son instrumentos muy sonoros. Si no, pueden transformarse en una molestia”, advierte.

De todo Chile

La Universidad de Talca fue la única universidad del país que tuvo la visión de crear la carrera de Interpretación y Docencia Musical, empeñada en dar respuesta a la necesidad de enseñar a los integrantes de las orquestas infantiles y juveniles que comenzaron a multiplicarse en el país. Su número actualmente supera las 300.

“Nuestra Universidad fue la primera en apostar en ello, con la ventaja de que otorga el grado de Licenciatura y el título para trabajar en enseñanza básica o media. Por eso tenemos alumnos desde Magallanes a La Serena”, señala.

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