Desde la academia, pensando nuestras ciudades

23 Junio 2011

El terremoto de 2010, más allá de la sabida huella que ha dejado entre los habitantes del Maule, se ha convertido también en una oportunidad para repensar la ciudad que habitamos.Una ocasión en que la academia puede desplegar una batería de herramientas en beneficio de la comunidad, por sobre intereses espurios que dejan de lado el valor social, la identidad y el sello patrimonial que caracterizan a una sociedad y su entorno.

Pruebas concretas de los pasos dados en esa dirección, lo constituye, por ejemplo, el proyecto empeñado por nuestra Universidad para la construcción de un paradero en el frontis del Centro Teletón del Maule.

Una apuesta de mobiliario urbano destinado a facilitar el desplazamiento de personas con discapacidad física que reciben atención en dicho centro. Pero es más que eso.El proyecto en sí, es fruto de la decisión de identificar un hito en nuestra ciudad, en el que la acogida compromete, incluso, las formas y materiales aplicados. Sin duda, aspectos vinculados al reto que plantea la innovación en el espacio público, en tiempos en que la modernidad supone avasallar con lo viejo.

Dar respuestas

Sobre esos desafíos versó la clase magistral titulada “Diseño, Innovación y Mobiliario Urbano”, que ofreció la semana pasada el profesor y director del Centro de Innovación y Desarrollo Conceptual de Nuevos Productos de la Universidad de Girona, José Treserras i Picas.
“No hay que pensar en productos, sino en sistemas para mejorar la habitabilidad.

Hay que dar respuestas a la inquietud social de forma innovadora, diferente. Cuando la gente se apropia del espacio público, ayuda a crear objetivos comunes”, explicó el académico catalán.

Sobre los avances en España, Treserras sostuvo que se han registrado cambios que han permitido distinguir a ciudades como Barcelona, en cuanto su identidad.

“Han existido cambios importantes que han permitido que la ciudad sea un elemento de diferenciación, de identidad entre ciudades. Talca no tiene identidad, el color de las calles, las fachadas, jardineras, etc, indicadores diferentes no hay, son feos y viejos. Ahora existe la oportunidad de hacer esos cambios (tras el terremoto)”, sostuvo.

Generación de hitos

La tarea de la innovación es un desafío latente. Está presente en la formación de nuestros profesionales, con nortes definidos y ligados fuertemente a la preservación de identidad y patrimonio.

“Desde la universidad aportamos al entorno regional y desde la Escuela de Diseño, detectamos que el espacio público es uno de los elementos, así como el agro-diseño.

Es importante trabajar el factor identitario, y no sólo como interés estético, sino como elemento fundamental de diferenciación, posicionamiento y desarrollo económico, social y cultural, la historia de las comunidades, sus tradiciones”, señaló el director de la carrera de Diseño, Jaime Parra.

Trabajar por el entorno es una preocupación permanente del quehacer de nuestra Universidad. Como tal forma es parte de los desafíos estratégicos de nuestra Casa de Estudios y constituye, si no, un elemento clave de responsabilidad social.

“La responsabilidad de la Universidad tiene mucho que ver con su entorno material, como también con las personas que lo habitan. Y consiste en resolver cómo hacer viable y reducir los impactos negativos en la comunidad”, advierte el director de Responsabilidad Social Universitaria, Rodrigo Ramírez.

“El paradero de la Teletón, habla de cómo la ciudad se hace cargo de la diversidad, de la diferencia y la incluye. Todos lo que la Universidad está generando en términos de materialidad, de mobiliario urbano, de vinculación con el entorno, es en definitiva la generación de hitos que significan la recuperación del espacio público”, agregó Ramírez.

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