Destacan necesidad de reducir aplicaciones de pesticidas

27 Junio 2014

Los viticultores deben preocuparse de reducir el uso de pesticidas porque la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) a la que Chile pertenece, establecerá exigencias sobre el uso de agroquímicos. Así lo aseguró el académico de la Facultad de Ciencias Agrarias, Héctor Valdés, durante la reciente conferencia organizada por el Programa de Investigación de Excelencia Interdisciplinaria (PIEI) Adaptación de la Agricultura al Cambio Climático, junto al Doctorado en Ciencias Agrarias.

“Estrategias sustentables de manejo de enfermedades en vides con una reducida huella de carbono”, fue el título de la exposición de este especialista, doctor en Ciencias Agronómicas de Montpellier SupAgro y actual investigador del Centro de Investigación y Transferencia en Riego y Agroclimatología (CITRA).

El tema presentado está en la línea de responder a un problema vigente en la viticultura, como es el uso de pesticidas. “Hay muchas aplicaciones fitosanitarias en la viticultura, que tienen un importante costo ambiental, además de económico. Y ese costo ambiental puede ser incluso dañino para la salud humana. Entonces, la idea es cómo con una estrategia innovadora podemos disminuir esas aplicaciones manteniendo el nivel de control que buscan los vitivinicultores, para no tener daño en su producción”, manifestó el investigador.

Con ese propósito, lo que se recomienda es hacer un monitoreo en terreno y sobre la base de esa observación, decidir si es necesario realizar aplicaciones en lugar de la práctica actual de efectuar esta tarea en forma calendarizada cada siete días. “Es como hacerle un examen al viñedo y en base a ese examen decidimos si aplicamos o no. No hacemos un tratamiento a ojos cerrados”, acotó.

Héctor Valdés sostuvo que, aún cuando la mentalidad ha ido cambiando, todavía los viticultores insisten en aplicar productos fungicidas, más allá de lo necesario, para eliminar toda posibilidad de que la uva tenga alguna enfermedad. “Además están influenciados por las compañías que recomiendan sus productos y aconsejan que los apliquen cada cierta cantidad de días, porque así es efectivo. Entonces se produce un cierto paradigma en el sentido de que, independiente de que hay un problema ambiental que se está generando, todavía no se logra concientizar a los agricultores para que cambien su forma de trabajo y ser un poco más amigables con el medio ambiente”, enfatizó.

Efecto invernadero

Al respecto, precisó que la agricultura aporta alrededor del 20 por ciento de todo el gas de efecto invernadero y contribuye a acentuar el cambio climático. “Por lo tanto, cualquier manejo que nos permita disminuir la liberación de gases es favorable. En el caso señalado, debido a que hacemos las aplicaciones con maquinaria, con tractores, que emiten dióxido de carbono (CO2), si podemos disminuirlas a la mitad o más, automáticamente estaremos reduciendo nuestro impacto sobre el medio ambiente”, dijo.

De acuerdo a su experiencia en Francia, expresó que en ese país hay mayor conciencia e incluso existe un programa que propuso hacia 2018, disminuir al 50 por ciento las aplicaciones de pesticidas en toda la agricultura. En su opinión, Chile está obligado a poner los ojos en este tipo de medidas, por ser miembro de la OCDE, organización que está tratando de imponer una reducción en el uso de estos agroquímicos. “En algún momento nos van a exigir cumplir con esta normativa”, afirmó. Para motivar a los agricultores, observó que hay que insistir en que menos aplicaciones de pesticidas significa una disminución de costos para ellos.

Alto nivel

El académico Samuel Ortega, director del CITRA y del Programa de Adaptación de la Agricultura al Cambio Climático —iniciativa institucional integrada por docentes de múltiples unidades académicas— señaló que se han cumplido ampliamente los objetivos que plantó la universidad a dicho programa, una de cuyas actividades ha sido el ciclo de seminarios iniciado en 2013.

“El año pasado llegamos a tener más o menos mil 100 asistentes, tanto a nivel académico como de agricultores, lo que significa un impacto bastante interesante”, dijo. Agregó que en proyectos, el grupo presentó alrededor de 10 iniciativas, que generaron unos 600 millones pesos. “Además, realizamos publicaciones y ofrecimos becas a estudiantes de postgrado y de pregrado para que presentaran trabajos en congresos, lo que para ellos representa una fuerte motivación”, destacó.

Asimismo, resaltó la participación de expositores internacionales de muy alto nivel académico e indicó que un aspecto diferenciador de este programa sobre cambio climático es su foco en la agricultura.

“Estamos constantemente buscando nuevas tecnologías que permitan adaptar la agricultura al cambio climático y también desarrollando nueva investigación”. Anunció que los esfuerzos se orientarán en esta misma línea y en lograr una mayor visibilidad nacional. “Para que se sepa que en la Universidad de Talca hay un grupo de alto nivel, académico y científico, dedicado al tema del cambio climático”, expresó.

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