El Maule multicolor: los motivos de los migrantes que se establecen en la región

15 Diciembre 2017

Aimee Bertin tiene 24 años. Con su enseñanza media completa había conseguido un trabajo en el área de servicios en Puerto Príncipe, la capital de Haití, sin embargo, la falta de expectativas para su desarrollo la obligaron a buscar mejores horizontes, decisión que la llevó a recorrer los más de 6 mil kilómetros que existen entre su nación de origen y la región del Maule, en Chile.

“No es fácil tomar la decisión de dejarlo todo e intentar comenzar de nada en un lugar en el que ni siquiera puedes comunicarte, pero era eso o vivir sin ninguna esperanza de un mejor futuro. Allá no tenía esperanzas, aquí las volví a encontrar”, relató la joven que llegó al país a inicios de 2017.

Un comienzo en el que no está sola, porque apenas hace unas semanas Aimee dio a luz a una niña que llamó Valeria. Junto a ella, y con la ayuda de la red de apoyo que ha logrado formar con varios connacionales, sus próximos pasos son mejorar su castellano y seguir con la búsqueda de trabajo en Curicó, donde se encuentra radicada.

MIGRACIONES

Cada vez es más común ver en las principales ciudades de la zona a decenas de extranjeros, en un proceso que está planteando nuevos desafíos a la sociedad y, en particular, a las comunidades locales. Pero si bien en el Maule este es un fenómeno que solo en los últimos años se ha hecho evidente, no es algo ajeno para el país.

“En Chile siempre han existido procesos migratorios”, afirmó el director del Centro Nacional de Estudios Migratorios de la Universidad de Talca, Medardo Aguirre.

“La antigua llegada de árabes y judíos se asoció, principalmente, a temas de seguridad ciudadana; la desestabilización del imperio Otomano en el caso de los árabes y la persecución de los nazis en el caso de los judíos. La llegada de británicos se relacionó con la industria del salitre, y la de los alemanes fue parte de decisiones políticas de atraer ese tipo de inmigrantes para fortalecer el desarrollo del sur de Chile”, detalló.

El profesional explicó que cuando ocurrieron estos flujos migratorios no llamaron la atención de los medios y la ciudadanía puesto que, cuando ocurrieron, constituyeron porcentajes muy pequeños, menos del 1%, del total de la población del territorio nacional.

En cuanto a los flujos más recientes, Aguirre dijo que en base a los datos recogidos por la última versión de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen), correspondiente al año 2015, sólo el 2,7% del total son extranjeros residentes en el país, esto es, cerca de 500 mil personas. De esa cifra, sólo el 0,7% se situó en la Región del Maule.

AUMENTO

Pero en los últimos dos años se ha registrado una importante alza en las solicitudes de visa de trabajo y residencia definitiva solicitadas por inmigrantes de diversas nacionalidades en las diez comunas que conforman la provincia de Talca, que aumentaron en más de un 400%.

Para graficar esta realidad basta considerar que mientras en el año 2015 en Talca se recibieron 765 solicitudes para obtener este tipo de documentación, en 2016 la cifra superó las 3 mil.

Si se revisa el devenir regional este último dato permite ilustrar cómo el fenómeno de la migración se ha hecho presente en el Maule: en el año 2005 solo había 3.403 residentes de nacionalidad extranjera, número que en el 2014 había aumentado a 5.021, equivalentes al 0,5% de la población regional de ese entonces.

Si bien hace dos años la migración argentina era la más relevante concentrando un 24,1% de la comunidad de inmigrantes, hoy destacan otros flujos sudamericanos provenientes de Ecuador (9,4%), Colombia (8,4%), Perú (7,5%), Brasil (3,7%) y Bolivia (2,1%), que en conjunto representan poco más del 55%. Europa también ha hecho su aporte, con un 14,3% de ciudadanos de ese continente en la región, destacando, entre ellos los españoles que alcanzan el 7,2%.

MOTIVOS

¿Pero qué es lo que ha hecho que el país y la región del Maule se conviertan en un centro de interés para los inmigrantes?

“Se observan varias diferencias en los flujos migratorios hacia Chile, en sus inicios de otros continentes, caracterizada fuertemente por temas de seguridad ciudadana. En cambio, la nueva migración latinoamericana y últimamente del Caribe está marcada más bien por la búsqueda de oportunidades laborales. Hay una imagen a nivel latinoamericano de un Chile con estabilidad política y económica que atrae a nuestros vecinos”, explicó Medardo Aguirre.

El Gobernador de Talca, Armando Leppe, apuntó a las problemáticas sociopolíticas que afectan a algunos países del continente.

“Son principalmente venezolanos y haitianos que no lo están pasando bien en sus países de origen y ven a Talca como una gran oportunidad. Como gobierno, nos sentimos en la obligación de poder acoger efectivamente a todos quienes quieran vivir en la capital regional”, señaló.

Con esto último en mente, la autoridad planteó que “a través de sus canales de difusión y en sus orientaciones, el gobierno apunta a una sociedad más inclusiva que valora la interculturalidad y la no discriminación, en la formación de ciudadanos que aspiran a un país más justo y solidario”.

OPORTUNIDAD

En este contexto, el sociólogo italiano, Stefano Micheletti, quien integra el Colectivo Migra en Talca, indicó que “para el Estado el desafío principal es tratar de comprender la migración como una oportunidad y no como una amenaza, y que las posturas que llaman a reforzar las barreras y las fronteras, en realidad consiguen resultados opuestos a los esperados”.

El profesional añadió que para una región como el Maule, el aporte de los migrantes es vital, no solamente desde el punto de vista social y cultural, sino también económico.

“En el marco de una sociedad local que está envejeciendo, la economía necesita de la fuerza laboral, de la capacidad de innovación y emprendimiento, de los conocimientos científicos que traen los migrantes. Aquí el desafío es comenzar a plantearse una pregunta nueva: ¿cómo podemos hacer de nuestra región un territorio más atractivo para ellos?”, afirmó.

PERFIL

Aunque todavía no hay datos suficientes para hacer un perfil de los migrantes que llegan al país y la región, a grosso modo se pueden dividir en dos grandes grupos: los que como vienen con una formación académica básica motivados por lograr el trabajo que sea, y otro grupo con un nivel de educación más alto, que llegan con proyectos concretos y que desean edificar su futuro para reconstruir la vida que tenían en sus países de origen.

Entre ellos se ubica Jesús Rodríguez, de 26 años, quien llegó desde Maracay en Venezuela hace solo unos meses y aunque un título de Ingeniero Civil Mecánico valida la formación profesional que obtuvo en su tierra, se siente agradecido por el trabajo de conserje que consiguió en Talca y que ve como el primer paso en lo que espera será una larga y satisfactoria vida en Chile.

“No me siento ni rechazado ni discriminado. A veces he tenido algunos problemas menores con el idioma porque no entiendo alguna palabra o los chilenos no entienden algo que yo digo, pero termina siendo una anécdota, algo de lo que nos reímos y no un problema”, aseguró Jesús sin dejar de esbozar una sonrisa mientras camina de vuelta de su trabajo.

El idioma también representó una complicación para Aimee Bertin quien, cuando llegó al país, apenas conocía las letras de alguna canción popular latina.

Pero más allá de dificultades propias del proceso de adaptación, como aprender a vivir con un clima distinto, tanto Jesús como Aimee están contentos en la región y sueñan con hacer de ella su hogar.

“Aunque uno está siempre pendiente de lo que pasa en Haití, me gustaría quedarme aquí”, confesó la joven.

INTEGRACIÓN

En un esfuerzo por conocer mejor a los nuevos maulinos, el Ministerio de Desarrollo Social está trabajando en un estudio, en conjunto con la ONG Surmaule, que arroje más información con la que se espera potenciar las políticas públicas y entregar una mejor calidad de vida a la comunidad migrante.

Por su parte, el Colectivo Migra -que reúne a diversos actores de la sociedad civil que trabajan en torno a esta temática-, enfoca su mirada en la multiculturalidad para lo cual buscan crear espacios en que todas las culturas se puedan expresar y así mostrar a las otras su particularidad.

Stefano Micheletti agregó que un aspecto clave del proceso integrador serán las cadenas migratorias o segundas generaciones, “que van a desarrollar estrategias de acomodación en el contexto social y por lo tanto, el nivel de integración será más evidente. Y es ahí, en las escuelas donde se desarrollará una inter-culturización necesaria en las ciudades de la región.

Compartir
keyboard_arrow_up