El Maule supera el promedio nacional de deserción escolar

29 Abril 2013

La Región del Maule supera el promedio nacional de deserción escolar de niños y jóvenes entre 7 y 18 años de edad, según un análisis cuantitativo elaborado por el Centro de Estudios de Opinión Ciudadana (CEOC), de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales (FACE) de nuestra Corporación.

El documento establece que ese rango etario representa un 8,4% en comparación al promedio país de 6.9%. Y agrega que en relación al resto de las regiones, el Maule posee el tercer nivel de deserción más alto después de Coquimbo (9,1%) y Antofagasta (9.0%).

El estudio —en base a los datos de la última Encuesta Casen— revela que si bien la deserción escolar no representa un fenómeno masivo, es una realidad relevante, porque afecta mayoritariamente a jóvenes y niños de hogares pobres.

“Esto tiene que ver con la problemática general de la educación, pero no es lo único. Es un problema multifactorial asociado por un lado con el acceso a una educación de mejor calidad y también con las condiciones socioeconómicas de las familias”, explicó el director del CEOC, Medardo Aguirre.

Factor Socioeconómico

El documento elaborado por este centro indica que “el factor socioeconómico es uno de los más relevantes para abordar el abandono de la educación formal” y que en los niveles socioeconómicos más altos “el problema se observa en menor intensidad”.

Agrega que entre los niños y jóvenes del Maule que no se encuentran asistiendo a un establecimiento educacional, el 49,2% corresponde al primer quintil y el 20% al segundo quintil (medida socioeconómica oficial para calificar a la población chilena). Es decir, con un ingreso per cápita de de hasta 70 mil 543 pesos y 118 mil 145 pesos, respectivamente.

La obligación de escolaridad es de 12 años en nuestro país, pero el hecho de que algunos niños abandonen antes el sistema de enseñanza, reduce su posibilidad de insertarse en el mercado laboral.

Múltiples Causas

“Las razones del abandono escolar no se reducen solo al hecho de situación de pobreza, sino que tienen múltiples causas y variados factores interrelacionados”, indica el documento.

Entre estos factores están las razones de índole extraescolar que representan un 89,5%. Los motivos más mencionadas son del tipo económico: “trabaja o busca trabajo”, con 22,0%. Le sigue una razón de tipo personal: “embarazo, maternidad o paternidad”, 15,2%.

Mientras que un 24,3% de los consultados(mayoritariamente entre 17 y 18 años) señala que ya terminó sus estudios medios y/o técnico profesionales, y así dan por concluida su formación educacional.

Un 10,5% argumenta motivos intraescolares. Así, un 2,3% de los consultados menciona problemas de rendimiento, un 2,0% que no existe un establecimiento educacional cercano, y un 1% alude la expulsión o cancelación de la matrícula.

“La educación pública juega un rol vital, porque en los quintiles de ingresos más bajos es justamente donde acceden a estudiar los jóvenes del primer quintil, los más pobres”, expresó Medardo Aguirre.

En tanto, Moyra Castro, académica del Instituto de Investigación y Desarrollo Educacional (IIDE) de nuestra Universidad, afirmó que los factores económicos son determinantes en la trayectoria escolar de los jóvenes.

“Los estudios muestran que a mayor pobreza y vulnerabilidad aumenta la deserción. Más aún, si piensa que la educación presupone un nivel de bienestar razonable que no todas las familias disponen, en los estudiantes recaerá alguna responsabilidad compartida con un adulto, de ayuda económica en el mayor de los casos: tiempo y espacio para estudiar pasan a un lugar secundario”, dijo.

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