Encuesta evaluó desempeño de universitarios/as en pandemia

Entre las variables analizadas destacaron las prácticas de los profesores y el desarrollo de estrategias de aprendizaje.

Autor: Francisco Zabaleta | 17 Octubre 2022

Pese a las dificultades y restricciones que impuso la pandemia, los/as estudiantes universitarios mantuvieron sus niveles de motivación y satisfacción durante el periodo de clases on-line, según consignó la V Encuesta Nacional de Compromiso Estudiantil (ENCE).

Los resultados del sondeo, que busca evaluar y mejorar el compromiso de estudiantes de universidades que integran el Consejo de Rectores y Rectoras de las Universidades Chilenas (CRUCH), se dieron a conocer en un seminario realizado en el Centro de Extensión y Escuela de Postgrado de la UTalca en Santiago.

La encuesta registró algunas mejoras respecto a los índices asociados a la experiencia estudiantil, en comparación a los niveles observados en el año inmediatamente anterior.

La vicerrectora de Pregrado de la UTalca, Paula Manríquez, indicó que el estudio demostró que “las universidades del CRUCH supieron afrontar el desafío de la pandemia y adecuarse tecnológicamente con mucha rapidez, con el propósito de mantener la calidad y la excelencia en sus diversos programas de formación de pregrado, sin mayores retrasos ni efectos negativos sobre su alumnado”.

De la misma unidad, la Jefa del Departamento de Evaluación y Calidad de Pregrado, Carla Förster, destacó que “la ENCE constituye un proyecto colaborativo de las universidades de Consejo de Rectores, que permite tener un dato nacional de referencia, y levanta variables clave sobre la experiencia universitaria desde la mirada de las y los estudiantes en diversas dimensiones, como los desafíos académicos, el aprendizaje con pares, la experiencia con docentes y el ambiente universitario, así como percepciones acerca del uso del tiempo, auto expectativas y logros de su formación”.

Resultados

Dentro del grupo que ingresó a las universidades en 2021, el 93% consideró que los académicos y académicas presentaron las clases de manera muy o bastante organizada, una calificación 10% superior a los que habían ingresado antes de la pandemia, mientras que el 67% estimó que recibió retroalimentación muy o bastante oportuna respecto a pruebas evaluaciones y/o trabajos, también un 10% superior a quienes habían ingresado en la cohorte de 2018.

Los/as alumnos/as de primer año reportaron una mejor percepción sobre la frecuencia en el uso de estrategias que los desafíen intelectualmente: el 36% declaró realizar con mucha frecuencia ejercicios que los llevaron a analizar ideas o razonar en profundidad (7% más que en 2020); y el 39% señaló enfrentarse mucho a situaciones que los motivaron a formular ideas o perspectivas nuevas a partir de información de diversas fuentes (9% más que el año anterior).

Además, valoraron que los diversos servicios y apoyos institucionales brindaron “razonables condiciones de conectividad” para la mayoría de sus actividades académicas.

Las estrategias de aprendizaje no variaron más de un 2% entre 2020 y 2021, aunque se observó que quienes se encuentran en cuarto año tendieron a utilizan con menor frecuencia prácticas efectivas de aprendizaje como revisar sus apuntes después de clases (26% indicó hacerlo con mucha frecuencia), leer más material relacionado antes de entrar a clases online (28%), hacer resúmenes escritos posteriores a cada clase (27%) y preparar dos o más borradores de un trabajo antes de su entrega final (28%).

Una de las críticas que manifestaron los/as universitarios (tanto en primero como en cuarto año) fue la escasa interacción permanente entre estudiantes y docentes, que, si bien mejoran levemente en 2021, da cuenta de escasas interacciones de calidad en espacios informales. Así, por ejemplo, el 60% de los/as estudiantes de primer año dijo que nunca habló con sus profesores fuera del horario de clases, y el 68% nunca discutió sobre su desempeño académico con un/a docente o profesional de la Universidad.

Los/as universitarios también fueron críticos respecto de las oportunidades para interactuar y aprender de personas de diferentes orígenes y experiencias de vida distintas, interacciones que solo admitieron tener “a veces”. No se observaron variaciones significativas entre ambos años de pandemia, abriendo una línea de reflexión para las universidades respecto de los desafíos de generar asignaturas más interdisciplinarias y espacios para fomentar encuentros en un marco de diversidad.

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