Encuesta: la realidad de los adultos mayores del Maule

6 Agosto 2014

El envejecimiento de la población es prácticamente una realidad. En América Latina el número de personas de 60 años o más pasará de los actuales 57 millones a 114 millones el año 2030, exactamente el doble de personas mayores en tan sólo 15 años.

En Chile representará un 23 por ciento de la población total y el índice de envejecimiento será de 132 adultos mayores por cada 100 niños y jóvenes menores de 15 años (Cepal, 2012). A ese panorama deberán adaptarse los sistemas de salud y la sociedad completa, diseñar políticas públicas y programas sociales que apunten a una mejor calidad de vida de los adultos mayores. A esta serie de cuestionamientos y nuevas realidades apunta el último informe publicado por el Centro de Estudios de Opinión Ciudadana (CEOC) de la Universidad de Talca y realizado por el académico de la casa de estudios, Germán Lobos .

En el Maule, 152 mil personas son adultos mayores y más del 63% está viviendo en zonas urbanas de alguna de las 30 comunas de la región. Siguiendo las proyecciones de la Cepal, se debe esperar que los adultos mayores en el Maule se incrementen en más de 100 mil personas durante la próxima década.

Desde mayo de 2013 a enero de 2014, el profesor Lobos entrevistó a alrededor de 800 adultos mayores de la región, que están viviendo en zonas urbanas y rurales. Hoy, a través del CEOC entrega algunos resultados preliminares de la muestra, consistente en 396 entrevistas: sólo el 46% manifestó sentirse satisfecho con su vida, el 54% dijo lo contrario.

De cada 100, 45 se declaran no felices, mientras que 55 se declaran felices.

La encuesta además revela que el 32% de ellos, se ubica en el estrato socioeconómico medio-bajo (C3), y el 39% en el estrato bajo (D), conformando ambos grupos la gran mayoría de los adultos mayores. El grupo C3 corresponde a hogares donde el ingreso de los hogares fluctúa entre 496 y 798 mil pesos mensuales, mientras que en el grupo D el ingreso de los hogares fluctúa entre 219 y 496 mil pesos mensuales.

El 51% Maule declaró vivir solo, ya sea porque está soltero, separado, divorciado o viudo, mientras que el 49% declaró estar casado o en pareja. El 61% declaró ser el principal responsable del ingreso de hogar y el 59% dijo ser el responsable de la compra de los alimentos.

La gran mayoría declaró estar jubilado (69%), en menor medida están trabajando (17%), o están en otra situación (14%). Sólo el 15% indicó poseer educación técnica o universitaria completa. En el otro extremo el 8% declaró no tener educación formal. La mayoría cuenta con educación básica incompleta o completa (77%).

¿QUÉ INDICAN ESTAS CIFRAS?

Según el CEOC, uno de los aspectos centrales de este fenómeno es la fuerte presión por mejores servicios de salud y una creciente demanda enfocada en la calidad de dichos servicios.

Además, la explosión de solicitudes de pensión de vejez llevará a acelerar las medidas tendientes a mejorar las pensiones. Algunas alternativas son, aumentar la edad de jubilación (cinco años más para hombres y mujeres), aumentar el porcentaje de cotización para previsión (llevarlo al 15%), o derechamente eliminar el tope de renta imponible (actualmente son 60 UF), crear un fondo privado solidario desde las rentas más altas hacia las más bajas, entre otras medidas. En el segmento de rentas más bajas las alternativas planteadas no generarán entusiasmo, porque es evidente que si las rentas durante la vida laboral son bajas, no puede haber sistema o fórmula que genere buenas pensiones. El Estado aquí tiene que cumplir un papel muy importante.

El autor del estudio, el profesor de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la UTalca, Germán Lobos, dijo que «siguiendo las proyecciones de la CEPAL deberíamos esperar que los adultos mayores en la Región del Maule se incrementen en más de 100 mil personas durante la próxima década.

Algunos temas que surgen a la luz de este nuevo escenario tienen que ver con las políticas públicas de salud y vejez, los sistemas de protección social, la forma en que los adultos mayores continúen aportando a la construcción social, y cómo hacer para que mantengan las redes sociales, los nexos familiares y para que se sientan parte integrante de una sociedad que tiende a excluirlos».

Agregó que este acelerado envejecimiento poblacional plantea algunas interrogantes: ¿contamos con adecuadas políticas públicas para enfrentar un escenario con más adultos mayores y más longevos?, ¿cómo perciben los adultos mayores su estado de salud en general, su salud física,
mental, y emocional?, ¿qué percepción tienen ellos respecto de su propia vida o su satisfacción con la alimentación?, ¿cómo perciben los adultos mayores que es su calidad de vida?.

ALIMENTACIÓN Y SALUD

Por otra parte, según la encuesta del CEOC, los adultos mayores urbanos declararon un gasto mensual total en consumo de alimentos de 107 mil 463 pesos. Sin embargo, al ajustar este valor por el número de integrantes del hogar se obtuvo un gasto mensual por persona en consumo de alimentos de 71 mil 709 pesos. El 94% se declaró de acuerdo con que la alimentación contribuye a la satisfacción con la vida diaria. Además se observó una alta correlación entre satisfacción con la alimentación y satisfacción con la vida.

Sobre la salud, los hombres adultos mayores urbanos afirman que se sienten mal (física o mentalmente) unos cuatro días al mes. Las mujeres ocho días al mes. El 36% de los entrevistados declara su estado de salud es regular o muy malo.

El 64% dijo que su salud es buena, muy buena o excelente. Se observó una correlación significativa entre auto percepción del estado de salud y satisfacción con la vida. Desde el punto de vista de la salud funcional, el 82% de los adultos mayores urbanos podría clasificarse como independiente. El resto presenta un deterioro moderado (11%) o un deterior funcional grave (7%).

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