Estudio indagó en impacto de la pandemia sobre los derechos de los migrantes

Encuesta detectó que con el actual nivel de ingresos que registran, el 76,7% no alcanzan a cubrir gastos básicos de alimentación, servicios o vivienda.

19 Agosto 2020

Un sondeo realizado por el Centro Nacional de Estudios Migratorios reveló que más del 78% de los extranjeros piensa que durante la pandemia es difícil defender sus derechos cuando son vulnerados. En tanto, el 60,3% de los consultados dice que no volvería a su país de origen ante la crisis sanitaria generada por el COVID-19.

Los resultados se obtuvieron del estudio “Situación inmigrante durante la pandemia de COVID-19”, realizado por el mencionado centro, con la colaboración del Instituto Católico Chileno de Migración (Incami), para conocer la realidad económica y social de los extranjeros en Chile, y asimismo visibilizar las condiciones laborales, de bienestar y redes de apoyo con la que enfrentan la emergencia sanitaria, según explicó el director del Cenem-UTalca, Medardo Aguirre.

“El objetivo es conocer la situación de los inmigrantes que viven en Chile bajo su propia percepción. En este caso la idea era saber cuál es el efecto social y económico de la pandemia de Coronavirus en dicha población”, dijo Aguirre, quien agregó que por esa vía se busca generar antecedentes que puedan aportar a la generación de políticas públicas.

Permanencia

El estudio recogió la opinión de más de 400 residentes en el país -latinoamericanos y caribeños- mayores de 18 años, entre los meses de junio y agosto del presente año.

Respecto del porcentaje de personas que optaría por no regresar a su país de origen en los próximos meses (60,3%) el investigador indicó que los resultados no son distintos a otros sondeos similares realizados con anterioridad por el Centro.

“Es razonable esta respuesta porque se trata de personas ya instaladas en Chile y no tendría mucho sentido volver a su país, en circunstancias que todos están viviendo situaciones similares. Sería empezar todo de nuevo”, recalcó.

La investigación dio cuenta que al inicio de la pandemia de Coronavirus, el 76,5% de los encuestados se encontraba con trabajo, situación que luego cambió: El 30,4% fue despedido, el 21,4% permanece con suspensión temporal de contrato y 18,2% ha tenido una reducción de la jornada laboral.

A esto se suma que el 76,7% del total considera que el nivel de ingresos de su hogar no alcanza para cubrir gastos básicos de alimentación, medicamentos, servicios o vivienda.

Además, se da cuenta que 84,6% de los consultados no posee ahorros para costear sus necesidades en los próximos meses.

Cabe consignar que el 71,7% del total de los encuestados no se ha sentido discriminado por ser extranjero en la actual coyuntura de emergencia sanitaria y el 69,6% dice no haber recibido ninguna ayuda gubernamental.

Vulnerabilidad

La académica y antropóloga del Departamento de Salud Pública, Giselle Davis, planteó que “cuando se es inmigrante se está en una situación de múltiple vulnerabilidad. Primero, porque muchas veces no se tiene el estatus de residencia, inmigración o de ciudadanía o se está en una situación de transición para obtenerlo. Si se está en esta última condición, se da que, por ejemplo, puede perderse el empleo si hay un contrato de trabajo que está sujeto a obtener dichos documentos, o no puedes cambiar las condiciones en que te declaraste que estabas”.

En tanto, el académico de la Facultad de Psicología de la U. de Talca, José Manuel Cárdenas, observó que la mayor parte de los encuestados vive incertidumbre respecto de su futuro debido a la falta de ingresos y ayudas estatales. “Si la mayor parte de nuestra sociedad vislumbra el futuro con cierta ansiedad debido a la incertidumbre que ha provocado el Covid, este grupo tiene frente a sí un panorama aún más desolador dado que en buena parte de los casos el proyecto migratorio está asociado a la búsqueda de un mejor horizonte laboral”, comentó.

En ese sentido, Cárdenas recalcó que uno de los mayores méritos de la investigación es el momento en que se efectúa. “En ocasiones el sólo hecho de preguntar es una forma de acompañar y de hacer sentir a las otras y otros que nos importan. Estos estudios deben difundirse en la esperanza que sus resultados permitan que la política pública re-humanice a las personas que escondemos bajo el rótulo de inmigrantes y respetemos los derechos que les son inherentes y que el Estado tiene el deber de garantizar”, aseveró.

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