Estudian desórdenes fisiológicos en manzanas

11 Agosto 2014

El investigador estadounidense David Rudell está participando del proyecto Fondecyt Regular que dirige la académica del Centro de Pomáceas de la Facultad de Ciencias Agarias, Carolina Torres. El científico integra el Laboratorio de Fisiología de Postcosecha de Frutales, del Servicio de Investigación Agrícola del Departamento de Agricultura de Estados Unidos.

Rudell, doctor en Horticultura en la U. Estatal de Washington, es experto en el área de metabolónica o perfil metabólico de la fruta. Su colaboración científica se centra en el proyecto que estudia desórdenes fisiológicos que afectan la piel y pulpa de las manzanas.

Como parte del programa de su estadía, el estadounidense ofreció una conferencia en la Facultad de Ciencias Agrarias, en la que resumió un proyecto iniciado hace siete años en Estados Unidos y que estudia un desorden fisiológico que afecta a las manzanas tanto en Chile como en su país. Se trata del escaldado superficial, una alteración generada en la parte metabólica de la fruta.

Destacó que el impacto es de nivel mundial, porque dependiendo del tiempo que se guarde la fruta, se puede perder hasta el 100% de ésta.
“La idea final es encontrar biomarcadores que puedan predecir tempranamente la aparición del desorden, durante los primeros días o semanas de almacenaje, y poder decir cuáles lotes de frutas van a tener esta anomalía y cuáles no”, explicó.

Predecir

La académica de la Facultad de Ciencias Agrarias, Carolina Torres —quien es la directora del proyecto Fondecyt— manifestó que hasta ahora el control se hacía con aplicación postcosecha de difenilamina, un químico que en Europa ya no se acepta.

“Dado eso, hay mucha investigación respecto a lo que pueda hacer la industria manzanera para seguir guardando fruta sin que se escalde. Lo que David Rudell está haciendo es buscar metabolitos que puedan predecir la aparición, para poder hacer algo al respecto antes de que se exprese el desorden. En el fondo, va en la línea de no aplicar químicos en alimentos”, precisó la investigadora.

Radell se mostró complacido con los recursos científicos disponibles para trabajar en el Centro de Pomáceas, que permiten hacer una buena investigación, como el cromatógrafo con detector de masa, un potente equipo para estudiar bioquímica. Resaltó también que el programa está bien establecido y por esa razón la colaboración ha sido buena.

El año 2012, Rudell fue distinguido por el Servicio de Investigación Agrícola de su país como el Científico Joven del Año, por su contribución en el conocimiento sobre metabolismo asociado a madurez y desórdenes fisiológicos de postcosecha en manzanas.

La exposición que presentó el investigador extranjero fue organizada por el Programa de Doctorado en Ciencias Agrarias y el Programa de Investigación de Excelencia Interdisciplinaria (PIEI) Adaptación de la Agricultura al Cambio Climático.

Compartir
keyboard_arrow_up