Estudiantes de ingeniería optimizaron 15 emprendimientos en la provincia

18 Diciembre 2017

Incorporar los conocimientos que los estudiantes adquieren en aula en alguna iniciativa que apoye a la comunidad, es el objetivo de los proyectos de responsabilidad social que, desde hace varios años, impulsa la Vicerrectoría de Pregrado a través de su Programa de Formación Fundamental, Preparándote para el Éxito.

En este contexto, la iniciativa ha implicado la firma de una serie de convenios con instituciones estatales y no gubernamentales que desarrollan su labor con beneficiarios, entre las que se destaca el Fondo Esperanza en Curicó, donde alumnos de cuarto año de la Facultad de Ingeniería han intervenido y optimizado el trabajo de alrededor de 120 emprendimientos o pequeñas empresas en los últimos siete años.

“Estas personas necesitan mucho apoyo técnico y tecnológico y los alumnos les ayudan en esas áreas. Con esto formamos estudiantes que son responsables de las comunidades y que, en el futuro, se convertirán en profesionales que tienen que sentir un deber frente a la comunidad donde habitan o se desenvuelven”, afirmó la profesora Carolina del Río, directora del programa.

La académica destacó que en el trabajo con los microempresarios existe un beneficio para ambas partes, ya que los jóvenes “se involucran con las personas a quienes ayudan, trabajan colaborativamente entre los propios estudiantes, incorporando habilidades como el liderazgo, la negociación y la empatía, que les permiten desarrollar competencias sociales”.

Personas que se dedican a la confección de prendas de vestir, pequeños almacenes de barrio y pastelerías fueron algunas de las 15 microempresas del Fondo Esperanza que, durante este último semestre, recibieron apoyo de los alumnos.

“Fue una experiencia gratificante, aprendimos mucho de ellos, se formó un lazo de amistad y pudimos enseñarles a usar algunas herramientas que esperamos mejoren su negocio, además nosotros desarrollamos nuestras habilidades blandas”, contó Juan Zapata, alumno de Ingeniería Civil Industrial.

Las asesorías finalizaron con una ceremonia en la que estudiantes y emprendedores dieron su testimonio sobre la iniciativa y a estos últimos se les entregó un certificado de participación.
“Trabajé con un excelente grupo de jóvenes y fue un aporte para mí y mi familia, fueron muy amables, responsables, atentos, muy profesionales y humildes, siempre pensando en cómo podían ayudar. Hicieron un diagnóstico y detectaron las falencias de mi negocio, cada semana tenían algo preparado para enseñarnos y, al finalizar, nos entregaron un hermoso letrero para hacer más visible nuestro emprendimiento y un sistema contable que nos ayudó a ordenarnos, estoy muy agradecida”, indicó Cintia Vega, dueña de un almacén en la comuna de Molina.

La jefa de oficina del Fondo Esperanza, Elsa Bezamat, agradeció a la UTALCA la posibilidad de apoyar a sus beneficiarios. “El vínculo que se ha formado con la Universidad ha sido muy significativo para nosotros y para nuestros emprendedores, a quienes entregan herramientas para que puedan hacer crecer aún más sus negocios. La cercanía que logran entre los alumnos y los microempresarios es muy valiosa y se potencia el capital social”, señaló.

“Nosotros hacemos un seguimiento de los negocios y es ahí donde vemos el impacto positivo que significa para las personas tener nuevas herramientas y habilidades concretas que hacen crecer sus emprendimientos”, puntualizó Bezamat.

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