Estudio advierte falta de compromiso empresarial con la innovación

17 Agosto 2018

“Expansión mundial de la economía de la innovación” es el título de la presentación que el académico de la Facultad de Economía y Negocios, Gonzalo Valdés, realizó en el marco de la versión número 34 de la conferencia anual celebrada por el Grupo Europeo de Estudios de Organización, una de las más reconocidas del área a nivel mundial.

Cómo las organizaciones gastan y producen innovación, fue la interrogante a partir de la cual Valdés desarrolló el estudio que expuso durante la actividad realizada en la ciudad de Tallinn, Estonia.

“A veces lo hacen no solo por una relación funcional o económica, sino que social. Empiezan a invertir en innovación porque imitan a otras: como el otro lo hace, se ven obligados a hacerlo porque es lo que exige el mercado, es como copiar a los vecinos, por ejemplo, si en Estados Unidos se hace ese tipo de inversión, las empresas en otros países comienzan a hacer lo mismo.”, expuso.

Agregó que dependiendo de la motivación funcional que exista para involucrarse en esta temática, o si se hace con el afán de imitar una tendencia, a nivel institucional habrá distintos grados de “desacoplamiento” respecto de ella.

“Es decir, la empresa genera la estructura -unidad de investigación y desarrollo-, para hacer lo que están haciendo las líderes del mercado; sin embargo no es algo que creció orgánicamente como una necesidad funcional, por tanto no produce lo mismo. Realizan la inversión pero no producen mucha innovación, solo decir que lo estoy haciendo”, planteó.

El especialista extrapoló ese comportamiento a lo que ocurre entre las naciones más desarrolladas con otras en vías de serlo.

“En los países desarrollados se hace mucha innovación porque es algo que se necesita. Las empresas que no lo hacen se empiezan a quedar fuera del mercado, empiezan a morir, pero en otros como el nuestro, no se necesita hacer tanta innovación porque es un mercado más chico, un poco más monopólico, entonces las empresas lo hacen más como una cuestión de legitimidad.

Como ejemplo Valdés mencionó el caso de las empresas y organizaciones chilenas, que desde hace años han incorporado este concepto en sus diversas estructuras -misión y visión institucional, planes estratégicos o creando departamentos destinados a ese fin-, sin que ello se refleje en un incremento sustantivo en la producción de patentes.

El investigador de la FEN señaló que esto también queda en evidencia al observar lo ocurrido en la última década, durante la cual la proporción de recursos que se destinan en Chile a Investigación y Desarrollo (I+D) se ha mantenido invariable en un 0.35% del Producto Interno Bruto.

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