Examinan importancia de los productos forestales no madereros

17 Julio 2015

Un 89% de los habitantes de zonas rurales del Maule se dedica a la recolección de productos forestales no madereros (PFNM). Así fue revelado por académicos de nuestra Universidad durante una jornada que reunió a representantes de este sector productivo, autoridades de gobierno, la industria y organizaciones de recolectores.

El encuentro —presidido por el decano de la Facultad de Ciencias Forestales, Carlos Mena— se realizó en el auditorio de esa unidad académica del Campus Talca y tuvo como objetivo analizar el sector productivo con personas vinculadas al rubro.

Durante el seminario se analizaron temáticas como el manejo sustentable del bosque nativo, la comercialización de los productos no madereros, las alternativas de la recolección, y también el vínculo entre las empresas y quienes ejercen esta actividad.

En el Maule existen casi 385 mil hectáreas de bosque nativo donde se extraen estos PFNM, los cuales son definidos como aquellos “bienes de origen biológico, distintos de la madera, derivados del bosque y de otras áreas forestales”, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO).

Estudio

“Queríamos compartir experiencias sobre un tema que siempre ha existido, pero que ha tomado mayor relevancia: la recolección de todos los productos que no son maderables en el bosque”, afirmó Marisol Muñoz, académica de esa Facultad, quien participó como una de las expositoras durante el evento.

La docente detalló que un estudio realizado entre los años 2011 y 2013 —gracias al Fondo de Investigación del Bosque Nativo— permitió establecer el porcentaje de habitantes de zonas rurales que se dedica a esta labor (89%).

“De acuerdo a nuestras investigaciones, en el bosque nativo se recolectan principalmente moras, dihueñes, avellanas, mosqueta, hojas de boldo, maqui, murtilla, changles (hongos comestibles). También entre las plantaciones de pino se obtiene el hongo Suillus luteus, más conocido como callampa”, sostuvo la profesora Muñoz.

Agregó que el proyecto realizado también describió quiénes efectúan estas labores y la utilidad económica otorgada por estas personas. “Es una actividad preferentemente desarrollada por mujeres. El destino de la recolección es la venta y/o autoconsumo. Y su comercialización ayuda en parte a solventar los gastos del hogar”, explicó la investigadora.

El mismo estudio realizado por la Facultad de Ciencias Forestales concluyó que la mayoría de las mujeres dedicadas a la recolección, posee edades entre los 41 y 60 años, y que se trata principalmente de dueñas de casa, cuya residencia es cercana al bosque.

En el seminario “Importancia del bosque nativo para recolectores de productos forestales no madereros”, también asistieron como expositores: Ramón Consuegra, subgerente de participación y consulta de Forestal Arauco; Patricio Herranz, jefe de medioambiente de Forestal Mininco; Carlos Daziano, jefe provincial de Linares de CONAF; Susana Benedetti y Gerardo Valdebenito, ingenieros del Instituto Forestal (INFOR), y Verónica Salas, directora de la organización no gubernamental (ONG) Taller de Acción Cultural.

El amplio conocimiento del rubro mostrado por los invitados y la necesidad de éstas actividades de análisis, fueron destacados por el decano de la Facultad, Carlos Mena.

“Este seminario ha sido muy importante, porque nos permite continuar el proceso de vinculación con el sector social. Han participado como expositores las personas que más saben de este tema, lo que se notó durante sus conferencias”, señaló.

En este evento académico se examinó además la relación que existe entre las empresas forestales y los recolectores, y se mencionó que las industrias fomentan la organización de estos grupos, y los apoyan a través de talleres.

Asimismo, se presentaron iniciativas públicas y privadas. “Hoy día contamos con más de 524 recolectores organizados, los cuales reciben capacitación”, señaló Patricia Monteolivo, encargada de Participación y Consulta Comunitaria de Forestal Arauco, Zona Norte.

Según INFOR, el mercado interno de estos PFNM extraídos del bosque, generan ingresos anuales a 200 mil personas del sector rural y produce impactos significativos en la economía familiar campesina.

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