Experto detalló los efectos psicológicos del abandono en los bebés

9 Septiembre 2015

Los efectos psicológicas que sufren los recién nacidos afectados por carencia de afecto tras ser abandonados en los hospitales, fue el tema central que analizó el médico psiquiatra Eduardo Jaar, durante la conferencia “Acogida temprana” que ofreció en el Teatro Abate Molina de la Casa Central de nuestra Universidad.

El especialista, invitado por la Escuela de Medicina, es psicoanalista infantil, docente del Instituto de Formación de la Sociedad Chilena de Psicoanálisis. En la actividad estuvieron presentes académicos de la UTALCA, alumnos y profesionales del Hospital Regional de Talca y de otros centros asistenciales de salud.

Durante el evento, Jaar dio a conocer los dos modelos implementados por el Centro de Estudios de la Temprana Infancia que él creó y que busca mitigar o evitar los efectos de la carencia afectiva en el primer tiempo de vida. Se trata del Programa de Familia de Acogida Temporal —distinto al existente en el país— y el Programa de Cuidador Temporal, un modelo de intervención psicológica inédito.

En el primer modelo, la familia está motivada por el altruismo y en el cuidador temporal, hay un psicólogo clínico apoyado por un equipo de profesionales, quienes todos los días durante una hora asumen el cuidado del niño o niña y le entregan afecto. “Son experiencias intensas y enriquecedoras”, dijo.

Evitando hablar de abandono respecto a los bebés desvinculados, Jaar señaló que estos casos se judicializan y posteriormente, como medidas de protección, los bebés son enviados a una casa de acogida de lactantes. Algunos son reincorporados a su familia, cuando uno de sus miembros asume su cuidado, y otros son entregados en adopción.

Aseguró que todo ese proceso es extenso, puede durar incluso años y bastan pocos días para que un bebé desarrolle un cuadro de carencia afectiva. Esto, porque los recién nacidos tienen capacidad mental y desarrollan angustias y afectos. “Tienen sufrimiento emocional desde los primeros días de vida y, por lo tanto, en un estado de aislamiento de este tipo, los bebés se deprimen, pero en general no son cuadros muy conocidos o reconocidos por el personal competente”, explicó el académico del Instituto de Formación de la Sociedad Chilena de Psicoanálisis.

Cruda realidad

Asimismo, observó que las depresiones marcan a los bebés. “Después de lograr ser integrado a una familia que lo va a acoger, podrá tener un mejor desarrollo, pero no siempre se puede corregir el daño que se provocó en sus primeras semanas de vida por el cuadro carencial”, precisó el psicoanalista infantil.

Agregó que las faltas de vínculo generan retrasos en el sistema psicomotor y otros efectos como pérdida de interés por explorar el mundo y relacionarse. Afirmó que los bebés se vuelven inactivos y suelen padecer de múltiples enfermedades. Algunos evidencian retraso en fijar la mirada y en establecer la sonrisa social y, además, evitan el contacto con el adulto. Estos niños pueden sufrir retraso general del desarrollo o pueden presentar autismo.

Por otra parte, expresó que si bien el personal de los hospitales es competente y comprometido, el sistema de trabajo impide construir un vínculo con los lactantes. “Cuando nos damos cuenta de un caso, debemos instalar en 24 horas un dispositivo para que ese niño no esté aislado emocionalmente”, destacó el experto.

Tanto el director de la Escuela de Medicina, Claudio Cruzat, como el director de Investigación de la Universidad, Iván Palomo resaltaron la presencia del especialista y la oportunidad de abordar desde la academia y desde la generación de conocimiento científico, esta realidad que afecta a recién nacidos en el país.

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