“Hay una cadena hacia atrás, que también es necesario regular”

17 Junio 2011

La vida sedentaria y la mala alimentación constituyen una permanente inquietud de las autoridades sanitarias y también del mundo académico. Pese a la abundante información sobre formas de vida saludable, la comunidad aún no adquiere niveles de conciencia necesarios para aminorar los efectos de un problema de salud pública.

De hecho, en Chile, el índice de sobrepeso aumentó los últimos siete años de 37,8 a 39,3 por ciento; la obesidad se elevó de 23,2 a 25,1 por ciento, mientras que la diabetes mellitus en la población se acerca peligrosamente al 10 por ciento, con un incremento de 6,3 a 9,4 por ciento. En los últimos meses, tras el revuelo mediático que adquirió la discusión -en el Congreso Nacional- de un proyecto de ley (“Ley Súper 8”) para regular el etiquetado de alimentos altos en grasas, el debate involucró directamente a la comunidad académica.

En nuestra Casa de Estudios, donde la promoción de conductas alimentarias y de formas de vida sana poseen una alta importancia dentro del proceso formativo, el tema tampoco es ajeno. Miguel Bustamante, director del Centro de Gestión de Instituciones de Salud (CEGIS), entidad de la UTALCA que trabaja en el mejoramiento de la gestión para transformar las prácticas ejecutivas y directivas del sector salud, aborda el debate desde la academia y pone el acento en la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) que implica la normativa en cuestión.

¿Se está dejando de lado el tema de la responsabilidad empresarial en la discusión de este proyecto de ley?

-La discusión es interesante, porque están conversando acerca de qué queda afuera y qué es lo que se está incorporando en la norma. Lo que se está incorporando es en los productos envasados y no en los productos elaborados. Ahí, hay una conversación que los políticos tendrán que ajustar. Pero, desde mi perspectiva, hay que controlar y regular todos los aspectos de la alimentación.

La discusión se hace en el Congreso, pero los empresarios han hecho sentir su voz…

-Si el empresario es socialmente responsable, debe incorporar esas demandas colectivas en su manera de atender a la comunidad y satisfacer esas necesidades. Cuando analizamos las variables de responsabilidad empresarial, estamos hablando de casi 115 variables, entre las cuales, las que tiene que ver con las personas, la alimentación, el buen trato y satisfacción al interior de las organizaciones o calidad de servicios y/o productos, a lo menos son quince.

Cuando a los estudiantes se les enseña este tema, se les habla de la diversidad de variables, porque se trata de ser responsable con todos los elementos que impactan a la comunidad.

¿Cuál es la “piedra en el zapato”, entonces, en la discusión del proyecto?

-Una cosa es producir productos finales en condiciones de sanidad adecuadas para la gente. Pero hay todo un proceso previo que requiere también preparación. Puedo hacer una fritura con un aceite de calidad o con uno más barato. Hago el mismo producto, pero con distintos insumos. Entonces, hay una cadena hacia atrás, que también es necesario regular. Puedo ser riguroso en mi producción, pero si los insumos no son buenos, por más que me preocupe, no tendré buen impacto.

Se debe analizar estratégicamente toda la cadena de generación de valor para el cliente. El problema es que la discusión está puesta hacia adelante. No hay ninguna conversación sobre los insumos previos.

¿Qué aporte puede hacer la academia y qué incidencia tiene?

Estamos incorporando cursos de RSE en las mallas curriculares, en los programas de magíster, lo que se llama ética y responsabilidades directivas; ética y bioética de responsabilidad social.

Hay módulos de formación de profesionales y cursos en la carrera de Ingeniería Comercial que incorporan el tema. También publicaciones de artículos técnicos, ponencias en congresos.

Pero la lógica es comprender toda la cadena, no sólo el aspecto puntual. Los empresarios miran el mundo en el corto o mediano plazo, a lo más. En el corto plazo, la disyuntiva está en obtener rentabilidad y, a veces, eso se contradice con los objetivos de largo plazo que persigue la responsabilidad social empresarial.

Afortunadamente, a nivel nacional hay varias empresas que están aplicando técnicas de RSE, porque en Chile no hay normas al respecto, sólo algunos acuerdos y conversaciones. El problema está en qué le corresponde al empresario y qué le corresponde a la persona. Una de las discusiones actuales es que las personas son libres de decidir. Entonces, existe también la necesidad de una educación del consumidor.

Compartir
keyboard_arrow_up