Indagan mecanismos celulares para ser usados contra el cáncer

8 Enero 2016

Los cánceres —en especial el de estómago y de mama— destacan entre las principales causas de muerte en nuestro país. Para contribuir a generar mejores terapias para pacientes con estas enfermedades, el Centro de Investigaciones Médicas de la Escuela de Medicina de nuestra Universidad, indaga cómo establecer una nueva manera de controlar procesos celulares involucrados en la formación de tumores. El trabajo científico es parte de un proyecto Fondecyt Regular dirigido por el académico Nelson Brown, director del mencionado Centro. La iniciativa se titula “El rol de la proteína Ciclina D1 en la regulación de la autofagia y senescencia en células epiteliales mamarias y gástricas”. El investigador explicó que Ciclina D1 es una proteína involucrada en la división celular, proceso que está alterado en casi todos los tipos de cánceres. De hecho, ésta se sobre-produce en varios tipos de cánceres humanos. Además, el gen que codifica para esta proteína es uno de los genes más amplificados en los genomas de los tumores.

EQUILIBRIO

La hipótesis de este trabajo de laboratorio establece que Ciclina D1 estaría regulando un equilibrio entre dos procesos celulares alterados en cáncer: la autofagia y la senescencia. El primero consiste en una forma de auto-digestión de componentes celulares y funcionaría como un proceso de adaptación al estrés metabólico (falta de nutrientes u oxígeno). En tanto, la senescencia celular consiste en un estado en el cual la célula deja de dividirse o multiplicarse de manera permanente.

“Cuando se reduce la expresión o actividad de esta proteína (Ciclina D1), se induce autofagia como mecanismo adaptativo (…). Los gatillantes de este proceso desde el punto de vista metabólico son múltiples y es un área que está en activa investigación”, precisó Nelson Brown.

Aseguró que si se logra detener este mecanismo celular, también se podría inhibir el avance de algunos tipos de cáncer. “En teoría, cuando uno bloquea la autofagia, por lo menos en los sistemas que nosotros hemos estudiado (cáncer gástrico y mamario), aumenta la senescencia. Y eso sería una actividad benéfica para el paciente, puesto que el tumor, en principio, dejaría de proliferar y crecer”, señaló.
En este sentido, el académico afirmó que si, junto con el medicamento quimioterapéutico usado en los pacientes, se utiliza otra droga que pudiera bloquear el proceso de autofagia, esas células tumorales se eliminarían más efectivamente, lo cual constituiría una terapia complementaria para el cáncer.

SOBREVIVENCIA

No obstante, indicó que la autofagia —además de funcionar como mecanismo adaptativo que permite la sobrevivencia celular— puede también funcionar como mecanismo de muerte celular. Por lo tanto, podría ser contraproducente el tratar de inhibir este proceso. “Pero obviamente si es una autofagia generalizada, la muerte celular ocurrirá irremediablemente, porque la célula no podría sobrevivir sin los nutrientes básicos”, expresó.

Asimismo, el profesor Brown explicó que las células senescentes no son tan inocuas como pareciera. “Si bien no se dividen, igual están activas metabólicamente y no mueren. Y lo que es más curioso, es que pueden producir muchos factores y secretarlos al medio extracelular, varios de los cuales se relacionan con procesos inflamatorios y de crecimiento. En definitiva, pueden modificar el microambiente celular y favorecer que células vecinas puedan progresar en la formación de un tumor”, sostuvo.

“La hipótesis fundamental que estamos barajando es que Ciclina D1 de alguna manera regula un equilibrio entre los procesos de autofagia y senescencia, de tal modo que si uno bloquea la actividad de esa proteína, se gatilla el proceso de autofagia. Sin embargo, si en esa misma célula se bloquea esta vez la autofagia, de alguna manera éstas entran en senescencia. Esa es la observación fundamental que hicimos y que permite formular la hipótesis de que existe este equilibrio, por lo menos en algunos tipos de células que hemos estudiado”, detalló el científico de la Escuela de Medicina.

APORTE

En este proyecto Fondecyt se estudian y manipulan cultivos celulares de tumores de pacientes. “Por ejemplo, bloquemos la actividad de Ciclina D1 y vemos qué pasa. O disminuimos la expresión del gen que codifica para esta proteína y observamos si eso gatilla autofagia o senescencia. También podemos usar fármacos para bloquear el proceso de autofagia y ver si esto induce el proceso de senescencia”, señaló.

Brown dijo que el aporte esperado de esta investigación es validar el mecanismo de auto-digestión celular como terapia contra el cáncer, en combinación o no con otros fármacos. “Nuestros objetivos están enfocados en tratar de probar que la autofagia es un proceso de adaptación que utilizan las células tumorales para sobrevivir. Por lo tanto, si bloqueamos este proceso, las células van a tener menos probabilidades de adaptarse y proliferar”, aseguró.

Según el académico, cuando las personas envejecen, su organismo acumula más células que no se dividen, las cuales pueden secretar determinados factores y crear un ambiente favorable a la generación de tumores. “Y eso tal vez podría explicar, por ejemplo, la mayor susceptibilidad a desarrollar cáncer entre las personas a medida que avanzan en edad”, afirmó.

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