Innovación beneficia al medio ambiente y favorece a pequeños agricultores

29 Julio 2016

La opción de innovar en biocombustibles de origen agrícola ofrece un proyecto que desarrolla la Facultad de Ciencias Forestales de nuestra Universidad, con el doble propósito de generar una calefacción más respetuosa con el entorno desde el punto de vista ambiental y, al mismo tiempo, proponer una alternativa de producción que signifique un ingreso adicional a los pequeños agricultores.

“Innovación en biocombustibles sólidos densificados de origen agrícola para consumidores domiciliarios urbanos e industriales”, es el nombre del proyecto que dirige el académico Ricardo Baettig, con financiamiento del Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC-R).

“Es una iniciativa que está claramente alineada con el fomento al uso de combustibles alternativos, como el caso de la biomasa, por lo que intentaremos demostrar la viabilidad, desde un punto de vista técnico, ambiental y económico, de la fabricación a mediana y baja escala de combustibles sólidos derivados de residuos agrícolas, tal como se hace actualmente con los residuos de la madera a gran escala”, explicó.

Baettig declaró que los beneficios son claros: “Nuestra propuesta está orientada a demostrar que es factible producir briquetas y pellets a pequeña y mediana escala, de modo de tener combustibles de excelentes cualidades como, por ejemplo, una humedad baja y homogénea, pero que no implique un aumento en los actuales costos de calefacción de los hogares, logrando precios que sean competitivos con los de la leña”.

Actualmente, la producción de pellets y briquetas se basa exclusivamente en el uso de residuos de aserraderos y barracas con grandes niveles de inversión, a diferencia de la propuesta que presenta la Facultad de Ciencias Forestales basada en el uso de rastrojos de maíz, trigo o arroz, además de residuos agroindustriales como cáscaras y cuescos e incluso papel reciclado, malezas periurbanas, restos de poda y otros componentes, lo que implica una diversificación de las fuentes de materia prima.

Mala ventilación

Baettig hizo referencia a la contaminación del aire en la zona urbana a raíz del humo de la calefacción domiciliaria en los días fríos, en que baja la altura de la capa para la dispersión del humo. “En una tarde de mala ventilación atmosférica, basta que uno de cada diez hogares encienda estufa a leña, para que la calidad del aire baje a niveles de alerta sanitaria. Y evidentemente la proporción de casas con estufas es más que diez por ciento”, detalló.

La situación se torna más compleja, según el director del proyecto, en los momentos en que las partículas de humo dispersas sobre la ciudad apenas se disipan en varios días, lo que lleva a deducir que, por muy buenas condiciones de humedad que tenga la leña y de combustión en estufas convencionales, se sobrepasan los niveles de material particulado que se consideran dañinos.

En este escenario, sostuvo que los pellets de biomasa se transforman en una alternativa viable y sustentable para renovar los métodos de calefacción, mediante el uso de un combustible local, no importado, renovable y cuyas cantidades de emisión de material particulado son compatibles con su utilización en las ciudades del sur de Chile.

Modelo de negocios

Una de las principales líneas de acción del proyecto es desarrollar un modelo de negocios de producción de pellets basado en las escalas de producción de pequeño y mediano tamaño. En esa perspectiva se considera factible involucrar a pequeños y medianos agricultores que generan residuos lignocelulósicos, es decir, similares en composición química a la madera, pero de origen agrícola.

De acuerdo a los cálculos preliminares, un pequeño agricultor puede generar al día unos 200 kilos de combustible densificado, ya sea pellet o briqueta, con una inversión inferior a ocho millones de pesos. “Considerando un precio de venta de 100 pesos por kilos, podría producir al año unas 40 toneladas que le rentarían a unos cuatro millones de pesos, para lo cual le bastaría procesar los residuos de unas 10 a 20 hectáreas”, concluyó Ricardo Baettig.

En el caso de los grandes agricultores o asociaciones de pequeños agricultores, se puede considerar que una producción de 3.000 kilos al día, que proyectadas en una temporada puede significar 600 toneladas de pellets o briquetas y una renta de 60 millones de pesos al año.

Este proyecto está en desarrollo y como parte del mismo se realizó un video explicativo relacionado con una de las medidas del Plan de Descontaminación Atmosférica Talca – Maule, que busca educar a la población sobre cómo utilizar la calefacción de una manera más saludable con una menor emisión de humo.

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