Investigadora detectó método efectivo para identificar humedales

13 Abril 2018

Con el desafío de investigar los ambientes de humedales y determinar el impacto de la actividad productiva en estas áreas frágiles, la investigadora del Instituto de Innovación Basada en Ciencias (IIBC), Alejandra Sepúlveda logró identificar los parámetros de suelo claves para detectar humedales, sistemas naturales de gran relevancia ambiental, dado que actúan como barrera natural al exceso de nutrientes que podrían trasladarse hacia cursos de agua superficiales, impidiendo así su contaminación.

Para tener esa condición, los humedales deben presentar tres elementos: poseer vegetación que crece en ambientes saturados de agua, contar con una hidrología variable y poseer suelos específicos presentes en estos ambientes, conocidos como suelos hídricos.

“Los humedales son zonas de depuración de contaminantes trasladados por el agua y sedimento en superficies extensas como las cuencas hidrográficas. Por ejemplo, si cercano a un humedal hay una zona de producción agrícola, el exceso de fertilizantes o agroquímicos infiltrarán hacia aguas subterráneas llegando a los humedales donde la misma vegetación utiliza estos nutrientes para su crecimiento. De esta manera depura el agua”, explicó la investigadora.

Actualmente la delimitación para identificar un humedal y su extensión se hace únicamente según el tipo de vegetación. Esta investigación incorpora el suelo como componente metodológico, a través de sus características físicas y químicas específicas, respecto de las cuales se genera un nuevo protocolo de muestreo y análisis de suelo. Como resultado, se logra identificar si el suelo es clasificable como suelo hídrico o si perdió sus características específicas producto de la actividad productiva.

Para Alejandra Sepúlveda, la importancia de esta nueva caracterización “radica en que si se establece el límite del humedal, se pueden generar políticas públicas que se establezcan los límites de instalación de actividad productiva y evitar que se reduzca la extensión de estos sistemas vulnerables”.

La nueva metodología se aplicó en un humedal relevante a nivel nacional denominado Vegas de Purén, en la Región de la Araucanía. Este es un hotspot de biodiversidad que cuenta con cierto grado de protección en sus 800 kilómetros cuadrados.

“En este ejemplar, la actividad forestal ha llegado a los límites del humedal. Acá se hizo un estudio de la evolución temporal y espacial del cambio de uso de la actividad productiva respecto de la superficie del humedal. Se concluyó que desde el 2007 al 2013, el 48% de la superficie del humedal se perdió por la actividad forestal y agrícola”, concluyó Sepúlveda.

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