Investigadores buscan controlar dañinos efectos de insectos plaga

9 Agosto 2012

Pese a su protección natural —dada por el desierto y la cordillera— Chile no puede bajar la guardia frente a la amenaza de insectos plaga, cuyo ingreso significa un riesgo para la producción agrícola y forestal del país, con graves daños económicos y ecológicos. El tema fue analizado por investigadores de nuestra Casa de Estudios y el especialista de la Universidad de Tesalia, Grecia, John Margaritopopulos, en un curso organizado por el Instituto de Biología Vegetal y Biotecnología. La actividad académica fue abierta a la comunidad y asistieron principalmente estudiantes de los programas de doctorado en Ciencias Agrarias, y en Ciencias Mención Ingeniería Genética Vegetal.

En dicho seminario —efectuado en la sala de postgrado de la Facultad de Ciencias de la Salud— se abordaron aspectos generales y específicos de especies invasivas, sus conductas, evolución y manejo integrado, junto con dar a conocer algunos estudios de casos de importancia agrícola.Según explicó el profesor Claudio Ramírez, del Laboratorio Interacciones Insecto–Planta, el problema expuesto se relaciona con la línea de investigación en el ámbito de la protección vegetal. “Estamos interesados en los insectos y en un grupo particular que se alimenta de la savia de las plantas, y de las polillas”, dijo. En particular, los científicos tienen sus ojos puestos en los insectos “que vienen de países vecinos o de distancias lejanas, muchos de los cuales son muy agresivos”.

Polilla de la uva

El profesor Ramírez observó que pese a que Chile es un país relativamente aislado y protegido por barreras naturales, el desarrollo del transporte y la mayor frecuencia de los viajes incrementa los riesgos, mientras que las autoridades intentan controlar las plagas que amenazan nuestra condición de exportadores de frutas.

Entre los mayores problemas detectados en el último tiempo, mencionó la polilla de la uva de mesa, “lobesia botrana”, que llegó hace dos años y produce un daño tan grande que incluso algunas empresas han quebrado por su causa. En el sector forestal, mencionó una avispa que daña el tronco del árbol, todo lo cual ha movilizado al SAG, CONAF y a otras instituciones, en procura del control de la plaga. Ramírez manifestó que a la Universidad le interesa entender cuáles son las características de las especies que llegan a Chile. “Por ejemplo, qué les gusta de nuestro ambiente, qué no les gusta, la genética, cuáles son los tamaños poblacionales, qué plantas prefieren y cuáles no”. Después de tener claro todo el problema, los científicos intervienen en la búsqueda de soluciones destinadas al control, para luego entregar las recomendaciones a los agricultores. “Estamos aislados en comparación a los países de Europa, pero cuando las plagas llegan, lo hacen para quedarse y cuesta erradicarlas. No hay que bajar la guardia. El SAG cumple su función, también el ambiente, porque es difícil traspasar las montañas y el desierto, pero hay que estar atentos. Es muy probable que tengamos plagas serias”, comentó.

Expositores

John Margaritopopulos, académico del Departamento de Bioquímica y Biotecnología de la Universidad de Tesalia, Grecia, fue uno de los expositores del curso. El investigador vino como parte de un proyecto de Modalidad de Estadías Cortas (MEC), financiado por Conicyt, con el fin de reforzar la investigación en los insectos plagas que atacan cultivos y plantaciones. El profesor Margaritopopulus, quien expuso el tema “Aspectos generales sobre especies introducidas e invasivas”, examinó los impactos de los insectos plaga introducidos en distintos países y continentes en los aspectos ecológicos, salud humana y en la economía. Aseguró que uno de los factores que inciden en el problema es el transporte y el comercio internacional, como asimismo “el tiempo que pasa entre la detección y la confirmación”. Esto provoca, dijo, que en pocos años grandes extensiones se encuentren infestadas, con un costo de millones de dólares en pérdidas de producción y control. Además, presentaron resultados y avances de sus respectivas investigaciones, Christian Figueroa, del Instituto de Ciencias Ambientales y Evolutivas de la Universidad Austral de Chile; Eduardo Fuentes, de la Facultad de Ciencias Agrarias de esta Universidad; y Blas Lavandero, del Instituto de Biología Vegetal y Biotecnología de nuestra Casa de Estudios, todos investigadores con vasta experiencia en ecología de insectos plagas.

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