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J. Román asumió decanato de Fac. de Arquitectura, Música y Diseño

Propiciar conversaciones para amalgamar intereses en pos de trabajo colectivo, plantea el nuevo decano de la Facultad de Arquitectura, Música y Diseño, Juan Román, para proyectar esta división académica de nuestra Universidad, en el futuro.

La Institución creó en diciembre de 2013 la mencionada Facultad, en la que integró a las Escuelas de Arquitectura, Música y Diseño. Román sucede como decano al profesor Américo Giusti, tras la culminación de su carrera académica.

El nuevo decano es arquitecto por la Universidad de Valparaíso y master en Desarrollo Urbano por la Universidad Politécnica de Cataluña. Llegó a la Universidad de Talca en 1998 para elaborar el proyecto de la Escuela de Arquitectura que inició sus funciones en marzo de 1999 y de la que fue director hasta 2009 y en los últimos dos años, durante los cuales trabajó el proyecto de la curatoría del pabellón chileno en la Bienal de Venecia, que se adjudicó.

Respecto a la Facultad, Juan Román observó que en los primeros tres años el trabajo se orientó a instalarla, “que era lo que correspondía”.

“Mi rol será proyectarla hacia donde determinemos, de acuerdo a las necesidades y a los grandes objetivos de la Universidad y también de las Escuelas”, acotó. En ese sentido, recalcó que se deben “amalgamar intereses y hacer un proyecto, tarea que tenemos que emprender todos en esta Facultad que es joven, la más joven de la Universidad”.

En relación a situaciones de urgencia, explicó que estas se vinculan con problemas cotidianos, en tanto lo importante es el proyecto de la Facultad, “el que tiene que hacerse entre todas las partes para que sea sostenible, es decir, no tiene que ser el proyecto de una persona sino del total. Lo que se hizo en la Escuela de Arquitectura es producto de un trabajo colectivo”.

Juan Román sostuvo que tanto para resolver las urgencias como para avanzar en lo importante hay que conversar mucho. “Yo creo más en las conversaciones que en las reuniones”, remarcó y añadió que hay que sacar a las personas de lo cotidiano “y ponerlas a soñar de nuevo, si no, no llegamos a ninguna parte”.