La felicidad se abre camino como indicador de desarrollo

7 Mayo 2011

Cómo medir el nivel de bienestar y de felicidad de las personas, es un emergente desafío global que da cuenta del resultado de estudios, desde múltiples disciplinas. Éstos proponen considerar más el nivel de satisfacción individual de las personas, y lo ubican en paralelo a otros aspectos, como el económico, para medir de manera más fiel el desarrollo de los países.

Éste y otros temas abordará el vicerrector de Docencia de Pregrado y académico de la Facultad de Psicología de nuestra Casa de Estudios, Emilio Moyano, como expositor invitado a la “Conferencia Latinoamericana para la Medición del Bienestar y la Promoción del Progreso de las Sociedades”, que se desarrollará en Ciudad de México, durante esta semana. El académico hablará sobre el “Uso del tiempo”, un indicador que la Facultad de Psicología desarrolla a través del “Programa de Investigación en Calidad de Vida y Ambientes Saludables”, del cual Moyano forma parte, previo a su esignación como vicerrector.

“Se está generando preocupación creciente en el mundo por establecer un indicador de bienestar, que no sólo considera la economía como casi exclusivo indicador de desarrollo”, explica el académico.

Durante la conferencia, reconocidos académicos y autoridades de instituciones referentes, discutirán y analizarán temas específicos relacionados con la calidad de vida de las personas.

Entre los participantes del evento se cuentan los premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz (2001) y Amartya Sen (1998), además de Mario Amano, Secretario General Adjunto de la OCDE, y Eduardo Lora, Economista en Jefe del BID (Banco Interamericano de Desarrollo).

La discusión sobre el concepto de desarrollo económico será un aspecto central del debate. “Surge un cuestionamiento, en cuanto a si el crecimiento económico es una plataforma para que la gente esté contenta.

Puede existir un desarrollo con mucha inequidad, como ocurre en Chile, que se ve invisibilizado por el PIB (Producto Interno Bruto), e impide ver cómo las personas están viviendo su compromiso con el trabajo, su tiempo familiar, etc.

Entonces, ¿Cuál es la relación entre el desarrollo como lo concebimos hoy y la satisfacción individual de las personas?”, plantea Moyano. De acuerdo al investigador, esta reflexión apunta hacia la generación de indicadores estandarizados alrededor del mundo, que puedan servir como base de comparación entre países y en diferentes períodos.

El encuentro se planteó el ambicioso objetivo de coordinar propuestas que permitan a los países avanzar en esa dirección. La invitación a exponer en México fue resultado del interés que ha generado entre sus pares el trabajo de los académicos de la Facultad de Psicología.

“Nos reconocen como un equipo que ha investigado. Han conocido nuestro libro, lo que nosotros hemos hecho. Adaptamos algunos instrumentos para medir ocio, satisfacción vital, bienestar psicológico adolescente. Hemos puesto en análisis para la reflexión estos indicadores en nuestra realidad local, con encuestas a más de mil personas, con análisis posteriores más allá de lo meramente descriptivo”, explica.

Proyecto Bicentenario

La idea de darle contenido local a un tema que es de contingencia global, surgió para darle continuidad a esta iniciativa, con el establecimiento de un centro de estudios de psicología aplicada.

Se trata de un millonario proyecto Bicentenario en Artes, Humanidades y Ciencias Sociales, que fue adjudicado en 2009, junto a la Escuela de Música y el Instituto de Estudios Humanísticos “Abate Molina”.

Desde el arte, la Escuela de Música pretende crear una orquesta sinfónica juvenil, con fuerte incidencia en su trabajo de apoyo a las orquestas de la región y a la vinculación con el medio.

Mientras que el Instituto de Humanidades proyecta la creación de un centro de documentación y archivo del patrimonio intangible, que incluya documentos históricos, literatura, fotografía y patrimonio oral, es decir, mitos y tradiciones referidos a la zona central del país.

La adjudicación del proyecto Bicentenario forma parte del Convenio de Desempeño para el Desarrollo de las Humanidades, las Ciencias Sociales y las Artes en Universidades Estatales, establecido en 2009.

La propuesta de la UTALCA quedó seleccionada junto a las que presentaron las universidades de Tarapacá, Valparaíso, La Frontera y Magallanes.

Las cinco podían acceder en conjunto a un fondo de 25 mil millones de pesos, que, dadas las complejidades propias de la instalación del nuevo gobierno y a la reorientación de los recursos como consecuencia del terremoto, quedó congelado.

Actualmente, se retomó el proceso de concreción de esta iniciativa, situación que genera expectativas en las Unidades Académicas involucradas. “Nosotros alimentamos nuestro proyecto Bicentenario con algunas de estas ideas. Qué pasa con nuestra región, cuyo desarrollo social y económico no es tan positivo.

Desde el punto de vista local, tenemos una gran expectativa en el proyecto bicentenario, porque potencia a la Facultad”, dice Emilio Moyano.

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