“La reconstrucción es más que la reposición de lo físico”

27 Febrero 2015

A cinco años del terremoto, la reconstrucción ha sido “pobre, lenta y mala” y solo evidencia avances en los números, aseveró el académico de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Talca, Germán Valenzuela, quien lamentó aspectos como la falta de recuperación del patrimonio afectado por el cataclismo, como algunos barrios, la estación de ferrocarriles y la biblioteca regional.

“Para mí, el terremoto fue un fenómeno de tal magnitud que la reconstrucción puede demorar 10 años, pero aquí ha operado el olvido”, dijo, y agregó que se ha prestado atención a lo emblemático, “pero no lo cotidiano, lo doméstico, lo que para la sociedad son sus barrios”.

Como ejemplo se refirió al barrio Seminario de Talca, casi destruido “y sin ningún plan para salvarlo. Lo mismo ha pasado en Curepto y en Chanco, pueblos que fueron prácticamente arrasados”.

El profesional sostuvo que el plan regulador de Talca ha servido debilitar el caso histórico de la ciudad, en la que se mantiene una gran cantidad de sitios eriazos.

Respecto a las viviendas entregadas con subsidio habitacional, el profesor Valenzuela comentó que el concepto reconstrucción es más general y tiene que preocuparse de situaciones más complejas que la mera edificación de objetos.

“Puede decirse que por la magnitud del terremoto el proceso es más lento, pero yo no veo iniciativa y percibo poca capacidad de gestión en general. La reconstrucción ha sido pobre, lenta y mala, salvo excepciones puntuales y eso demuestra que Chile no tiene capacidad para resolver conflictos de envergadura”, reflexionó.

A su juicio, ha existido baja participación y ha faltado compartir los problemas y socializar los conflictos. “No ha sido problema de falta de dinero, sino de gobernanza”, afirmó. En el mismo tenor, recalcó que “cada uno ha hecho lo que ha podido y esa ha sido la ley de la reconstrucción”.

Según su análisis, el único pueblo que ha logrado reconstruirse ha sido Vichuquén. En cambio, observó que el plan de reconstrucción de las caletas, “ha sido un absoluto desastre”. Como prueba de ello mencionó que ninguna tiene el restaurante funcionando porque el modelo implementado fue una imposición desde Santiago, sin considerar la visión local. “Hubo una buena intención de los participantes, pero con un mal aterrizaje en los territorios”, resaltó.

“La reconstrucción es psíquica, material y social y hasta aquí ha sido pobre, lenta y mala, limitada a la reposición de lo físico, es decir, se ha impuesto el argumento económico. Creo que tenemos una gran vulnerabilidad y por lo mismo lo que nos ha sucedido nos puede volver a pasar. No hemos desarrollado como país una cultura de la gobernanza para asumir estos problemas. Por estas debilidades es que nuestro patrimonio e identidad han desparecido con los desastres que han ocurrido a lo largo de nuestra historia”, argumentó el académico.

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