Nueva alternativa para reducir uso de fertilizantes en hortalizas

26 Junio 2015

“Empleo de rizobacteria para mejorar la productividad y rentabilidad de sistemas hortícolas sustentables” se denomina el proyecto, liderado por el profesor Hernán Paillán de la Facultad de Ciencias Agrarias de nuestra Universidad. La iniciativa cuenta con el apoyo del Gobierno Regional a través de los Fondos de Innovación para la Competitividad del Maule (FIC-R).

La investigación busca evaluar el uso de esta bacteria que fija el nitrógeno en las raíces de las plantas como una alternativa a fertilizantes —ya sean orgánicos o minerales— que utilizan los productores de hortalizas en la zona central de Chile, y en especial en la Región del Maule.

La iniciativa plantea que si se disminuyen estos niveles de fertilizantes, se mejora la calidad de los alimentos, además de entregar un valor agregado en materia de sustentabilidad y disminución de la huella de carbono a los productos agrícolas.

“La bacteria fija nitrógeno del ambiente y se lo aporta a la planta, por lo que estamos midiendo en qué proporción se podría reemplazar parte de la fertilización nitrogenada usando esta tecnología”, explicó Hernán Paillán.

El académico explicó que durante 2014, la investigación avanzó en dos aspectos. Se desarrollaron análisis en la Universidad respecto al traspaso de nitrógeno a las plantas a través de cultivos experimentales de hortalizas en invernadero y al aire libre. Y se comenzó a avanzar en la transferencia de la tecnología al medio productivo. Para esto, hubo un productor en la comuna de Curepto, quien implementó estos avances científicos en sus hortalizas, lo cual ahora está en proceso de evaluación de resultados.

Ambas actividades continuarán durante este año y el próximo, entregando a los productores de la zona una alternativa que les brinda un valor agregado a sus cultivos. “Queremos mejorar la sustentabilidad de estos productos, reduciendo el uso de fertilizantes y mejorando los sistemas de producción orgánico y también aquellos convencionales”, sostuvo el investigador, quien busca lograr una alta transferencia de esta tecnología a los agricultores.

Cultivos

Algunos de los cultivos que se están evaluando y donde se ha utilizado esta bacteria son tomates, melones, también brócolis al aire libre (en la fotografía) y en invernaderos que se manejan como cultivos orgánicos, lo que significa tener un sistema productivo que contribuye positivamente al medioambiente.

“Las tecnologías de producción orgánica contribuyen a fijar en el suelo, y de esa manera ayudamos a disminuir los gases de efecto invernadero. Además de esto, entregamos alimentos más integrales en su composición, que permiten dar seguridad al consumidor de que se obtiene un alimento con un certificado orgánico. Son producidos con un sistema amigable para el medioambiente, que favorece la conservación del sistema agrícola y que contribuye a la reducción del cambio climático, entre otros aspectos”, explicó Paillán.

El proyecto se está desarrollando en colaboración con el Instituto de Horticultura de Leibniz de Grossbeeren–Berlin, Alemania, con el cual nuestra Universidad tiene un convenio de cooperación. Ese Instituto ha desarrollado la tecnología relacionada a la bacteria, que al igual que en el Maule está en etapa de evaluación, pero en un clima templado frío, a diferencia del clima mediterráneo que tiene esta zona de Chile.

Talleres

Como parte de la transferencia del proyecto a la comunidad, este mes se realizó el Taller “Horticultura urbana y alimentación saludable”, en el que participó un grupo de horticultores urbanos y emprendedores de la Municipalidad de San Javier, quienes tienen huertos en esa comuna y que esta temporada ya están vendiendo sus productos a la comunidad.

La actividad se desarrolló en la Estación Experimental Panguilemo, donde los agricultores visitaron los cultivos hortícolas experimentales de esta época (lechugas, brócolis, entre otros).

Posteriormente, asistieron a un taller teórico en la Facultad de Ciencias Agrarias, donde se les explicó cómo esta técnica puede contribuir a sus cultivos.

En los meses de julio y agosto se efectuarán nuevos talleres con otros productores de la zona, para que conozcan la iniciativa y puedan implementarla en sus plantaciones.

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