Profesor Zamorano destaca revaloración de padre de la escultura

30 Mayo 2012

Enorme interés y favorables comentarios de la crítica especializada ha generado la exposición de obras de Nicanor Plaza, en el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), cuya presentación estuvo a cargo del académico Pedro Zamorano, del Instituto de Estudios Humanísticos “Juan Abate Molina” de la Universidad de Talca
La exposición rescata la figura histórica de Nicanor Plaza, considerado el padre de la escultura chilena, “y lo resitúa en su verdadero mérito, en nuestra historiografía artística”, según el profesor Zamorano, junto con permitir el reencuentro “con una obra de gran calidad, fundacional respecto de nuestra tradición escultórica”.

Pedro Zamorano se introdujo en el tema a propósito de un proyecto FONDECYT sobre escultura chilena que desarrolló junto a otros investigadores y al que invitó a participar al escultor Francisco Gacitúa. Motivado por la obra de Plaza y su legado, el artista postuló después a un proyecto FONDART, línea Bicentenario, para realizar la exposición. En la iniciativa incorporó a Pedro Zamorano para la realización del libro “Gestación de la escultura en Chile y la figura de Nicanor Plaza”, que ya está editado.

Al presentar la exposición, el académico de la Universidad de Talca se refirió a las contradicciones o dilemas que marcaron a Nicanor Plaza tanto en su vida como en su obra, tanto la “visible” como la “oculta”. “Hasta ahora el catálogo “oficial” del artista no pasa de unas 10 obras. La mayor parte de sus esculturas están ocultas. Algunas por pertenecer a colecciones privadas; otras, aun cuando en colecciones o espacios públicos, están omitidas respecto de su estudio o registro. Otras, desaparecidas, no registradas”. A este especialista le llama la atención justamente que la obra del “padre” de la escultura en Chile esté “tan pobremente registrada”.

Destacó, asimismo, que casi la totalidad de los escultores chilenos de fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX tienen en común el magisterio de Plaza. “Ese elemento no ha sido suficientemente recogido en nuestra historiografía artística. Ha faltado empoderarlo mejor en esa condición, de primer gran maestro, formador de escultores”.

Otro dilema tiene que ver su desarraigo, con su muerte solitaria en Florencia, Italia, pese a su ascendencia en la escultura chilena. De acuerdo a lo observado por Pedro Zamorano, Plaza fue víctima del “pago de Chile”, debido al escaso reconocimiento y valoración de su figura y al saqueo de su patrimonio. “Vemos obras suyas destruidas o casi abandonadas, como los sepulcros del doctor Cademártori, en Talca, o el de la familia Castellón, en Concepción”, acotó.
El profesor Zamorano agradeció a Francisco Gazitúa “el reencuentro con Plaza con la historiografía artística nacional, con el arte chileno, con sus discípulos, con el Museo”.

En la exposición se presentan 30 obras del autor, trasladadas desde distintos lugares, incluso desde Talca. Además, Francisco Gacitúa muestra todo el proceso de construcción de una escultura, a través de la figura del Caupolicán, de Plaza. A la inauguración concurrieron altas autoridades del mundo de la cultura como Roberto Farriol, director del Museo Nacional de Bellas Artes y Magdalena Krebs, directora la Dirección de Bibliotecas y Museos (DIBAM). Uno de los críticos que comentó favorablemente este esfuerzo fue Waldemar Sommer, en Artes y Letras, de “El Mercurio”.

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