Proyección mundial logra Escuela de Arquitectura en Venecia

1 Junio 2016

Un extraordinario interés ha generado la propuesta del pabellón de Chile “A contracorriente” en la Bienal de Venecia, el que se transformó en una gran vitrina para el quehacer de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Talca con enorme proyección para los profesionales que se forman en esta unidad.
Esta acogida constituye un nuevo reconocimiento para esta Escuela que en los últimos años ha ganado varios premios internacionales, el último de los cuales es el Global Award for Sustainable Architecture, obtenido el año pasado en París.

Solo el fin de semana, tras la inauguración de la Bienal, visitaron la muestra de Chile unas 50 mil personas, según relató el profesor Germán Valenzuela, quien formó parte del equipo de académicos y profesionales de apoyo que sacó adelante el proyecto del pabellón chileno, cuyo curador es Juan Román —director de la Escuela de Arquitectura— y co-curador el docente José Luis Uribe.

En su momento, el jurado eligió, en forma unánime, “A contracorriente” entre las propuestas presentadas en el Concurso de Ideas al que convocó el Consejo Nacional de la Cultura para adjudicar la curaduría del pabellón chileno. Juan Román indicó que le pareció que su idea respondía bien al tema “Reportando desde el frente”, planteado por el chileno Alejandro Aravena, curador de toda la Bienal y reciente ganador del Premio Pritzke. Aunque el director de la Escuela aclaró que no se trató de hacer un pabellón que representara a esa unidad, sino a Chile, en él se muestra el quehacer de varios de sus egresados.

Luchas cotidianas

Germán Valenzuela sostuvo que el lema de esta Bienal, cuyo lema es “Reportando desde el frente”, da valor a las pequeñas y grandes luchas que ocurren cotidianamente en las ciudades y en el territorio en general, con una invitación a los arquitectos a mirar esa realidad y trabajar sobre ella. En sintonía con esa visión, en el pabellón de Chile se exhiben las maquetas de 15 obras de título de arquitectos egresados de la Universidad de Talca que se acompañan de videos sobre los territorios en que se emplazan. De estos emergen los desafíos constructivos a los que responden los proyectos, en cuya construcción se utilizan prioritariamente materiales de desecho.

Miradores, plazas, paradores, emplazadas generalmente en sectores rurales, son algunas de estas obras.

“Calculamos que en los seis meses que dura la Bienal, inaugurada el 28 de mayo, el número de visitas podrá llegar al millón”, comentó Germán Valenzuela a su regreso, tras compartir los esfuerzos que significó el montaje de la exposición en la ciudad de los canales. “Es una plataforma, un escenario, muy importante para la Escuela, la Universidad y para los arquitectos jóvenes que han egresado de aquí y que desarrollan este trabajo”, agregó.

“A contracorriente”

Sobre el pabellón, Germán Valenzuela explicó que representa el paisaje del Valle Central y utiliza materiales como madera y barro. En su interior hay tres elementos, uno de los cuales es una cortina gigante hecha con 5.000 bolsas de plástico para pan, que si bien parecen insignificantes, “en su conjunto y en la manera de ser construida y pensada, se trasforma en una obra en sí misma que es capaz de tener un alto grado de sofisticación”. Luego se presentan los 15 proyectos de jóvenes arquitectos. Por último, hay una gran reposera construida con madera e instalada frente al espacio de proyección audiovisual sobre paisajes del Valle Central.

Luego de la inauguración de la Bienal, Juan Román expresó que la propuesta chilena “se instala como una plataforma de descanso, de tranquilidad, donde las personas pueden sentarse un momento y aislarse del ruido, el ajetreo y el calor, y hacer una pausa para conectarse con el espacio geográfico que estamos presentando en este pabellón”.

La exposición se centra en una forma de pensar y hacer las cosas, según Germán Valenzuela. “Tiene que ver con construir con los recursos disponibles, sean muchos o pocos. No tiene que ver con el reciclaje ni la sustentabilidad, sino con la inteligencia con que se ocupan los materiales que están disponibles y con los cuales se puede lograr una arquitectura de alta sofisticación que incorpora la belleza como algo necesario en una sociedad compleja como la de hoy, vinculada además a comunidades que habitualmente no tienen acceso a la arquitectura. Ese es el centro del discurso de lo que hacemos en la Escuela y que trasladamos a la Bienal y creo que por eso tuvo una excelentísima recepción”, detalló.

En ese sentido, comentó que ha habido una acogida “excepcional” del público especializado, principalmente europeo y asiático, que “reconoce el pabellón de Chile muy vinculado al quehacer de la Escuela y eso es fantástico para nosotros porque muestra una práctica a la que nos hemos dedicado y, en términos de proyecciones, va a significar sin duda, un espacio para las futuras generaciones de titulados para publicar sus trabajos e incluso ejercer fuera”, recalcó.

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