Proyecto académico enseña a los niños a conocer sus derechos

10 Abril 2015

El pececito Glup trabaja para ayudar a mantener su hogar. Un día ve a otros pececitos entrar a un edificio y, curioso, los sigue. Allí no solo descubre la Escuela, sino que al igual que los demás él tiene derecho a educarse.

Cuentos como este sirven de base para el trabajo que el académico de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales (FCJS), Isaac Ravetllat, realiza con menores de 4 a 6 años de la Escuela de Párvulos Inés Sylvester de Artozón de Talca, quienes de esta forma conocen y aprenden los Derechos Universales del Niño.

“A diferencia de lo que muchos creen, los pequeños sí son capaces de entenderlos”, expuso el docente quien además es subdirector del Centro de Estudios sobre los Derechos de la Infancia y la Adolescencia (Cedia) de la FCJS.

Explicó que la clave para ello es la metodología utilizada, ajena al lenguaje jurídico que suele ser más complejo de entender. Así, se optó por utilizar cuentos, que son fáciles de seguir por los menores quienes además se involucran e interactúan fácilmente con los relatos.

“Empezamos en marzo con el derecho de la educación. Iniciamos la actividad trabajando con los niños a través de una historia vinculada a ese derecho, pero previamente formamos a las tías que trabajan con ellos sobre sus implicancias de tal manera que ellas ya saben cómo abordar el tema en clases”, explicó.

Precisó que el proyecto considera trabajar un derecho por mes, período en que se desarrolla una dinámica en la cual participa toda la comunidad del establecimiento.

“Los pequeños se llevan como tarea crear una nueva historia con sus padres, algunas de las cuales luego son compartidas y trabajadas en las reuniones de apoderados. De esta forma, educadores y familias están involucradas con el tema”, señaló.

Para desarrollar el proyecto el académico cuenta con el apoyo de varios estudiantes de la carrera de Derecho, quienes actúan como “monitores cuenta-cuentos”.

“Hubo una gran aceptación del proyecto así es que tuve que formar a un equipo de voluntarios que apoyaran el trabajo, los cuales han mostrado mucha disposición y entusiasmo. Así, hay 14 grupos que trabajan con 30 niños cada uno”, detalló.

Uno de esos alumnos es Sofía Cáceres, quien divide su tiempo entre la práctica que realiza en la Corporación de Asistencia Judicial y la Escuela. “Enseñar a los niños sus derechos es de lo más importante y además nos da la posibilidad de ver el derecho desde otra perspectiva”, afirmó.

APORTE

El trabajo en el establecimiento, que cuenta con una matrícula que supera los 400 alumnos, se extenderá por todo el año.

La encargada del proyecto por parte de la Escuela, María Cristina Bobadilla, destacó el impacto que genera en los niños y sus familias una actividad de esta naturaleza.

“Los ayudamos a que aprendan sus derechos y no tan solo a ellos, sino también a sus padres porque la idea es difundirlos entre toda la comunidad”, destacó.

“Este proyecto involucra a todos los estamentos, además que ha sido super beneficioso para los niños quienes participan de forma muy activa de cada actividad, de hecho notamos que ya han ido interiorizándose con el tema”, agregó la educadora de aula, Sandra Muñoz.

El éxito de esta iniciativa –que marcó el debut en terreno de las actividades del Cedia- ha sido tal, que el profesor Ravetllat ha recibido varias solicitudes para replicar la experiencia en otros establecimiento. “Por el momento lo vamos a tomar con calma, vamos a hacerlo como proyecto piloto durante todo el año solo en esta Escuela para ir afinando su funcionamiento”, precisó.

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