Proyecto permitirá crear nuevo centro de investigación

21 Noviembre 2013

Un nuevo hito para la investigación básica en nuestra Universidad significó la adjudicación de fondos del Programa Núcleo Científico Milenio del Ministerio de Economía. Los recursos favorecerán el proyecto “Ecología Molecular y Aplicaciones Evolutivas en Agroecosistemas”, postulado por un equipo de investigadores del Instituto de Biología Vegetal y Biotecnología (IBVB) y de la Facultad de Ciencias Agrarias.

Es primera vez que la Casa de Estudios obtiene un Núcleo Milenio, que financia a los mejores grupos de investigación del país, que cuentan con una trayectoria de investigación asociativa. También es la primera adjudicación de este tipo en el Maule, en el área de las ciencias naturales y exactas.

“Es uno de los concursos más competitivos logrado por la Universidad, y eso nos llena de satisfacción”, afirmó el director responsable del proyecto, Christian Figueroa, quien pertenece al IBVB, al igual que los académicos Claudio Ramírez y Blas Lavandero; mientras que su homólogo Eduardo Fuentes proviene de Ciencias Agrarias.

Todos integran esta iniciativa científica.
Según explicó Figueroa, se establecerá un centro de excelencia para el desarrollo de un programa de investigación que incluye la formación de capital humano avanzado. Esto con un fuerte componente de cooperación internacional que proyecta una estrecha vinculación con medios no académicos. Para ello dispondrá de un presupuesto que bordeará los 180 millones de pesos anuales, por 3 años, renovables por otro trienio.

Dicha plataforma posibilitará el estudio de los mecanismos moleculares, genéticos, fisiológicos, ecológicos y conductuales que explican el comportamiento de los insectos en plagas de cultivos.

“Nuestro sistema de estudio son los áfidos o pulgones, particularmente aquellos que constituyen plagas introducidas que han sido tremendamente exitosas en su capacidad invasiva en los agroecosistemas chilenos. Queremos conocer cuáles son los procesos ecológicos y evolutivos que conducen el destino de las poblaciones de plagas desde su introducción, considerando tanto factores bióticos como abióticos con los cuales los insectos interactúan en un hábitat determinado”, explicó.

Figueroa agregó que este programa representa un gran desafío y conlleva una enorme responsabilidad. “Esperamos convertirnos en un polo de desarrollo científico no solo regional y nacional, sino que de estatura internacional, con capacidad para atraer nuevos investigadores de excelencia y estudiantes de postgrado”, enfatizó.

A nivel nacional se recibieron 90 postulaciones, pero solo ocho fueron seleccionadas. Durante el proceso de evaluación un elemento clave fue la excelencia científica de los investigadores, medida en número y calidad de las publicaciones en los últimos tres años, la capacidad para formar nuevos doctores, así como la fortaleza de las colaboraciones internacionales.

En este sentido, los docentes coincidieron en destacar que “las actuales políticas universitarias apuntan precisamente hacia el crecimiento en investigación científica de excelencia. Sin duda que este logro académico no habría sido posible sin el apoyo de nuestra Universidad”.

Conocimiento estratégico

Christian Figueroa agregó que este proyecto Núcleo Milenio permitirá la habilitación de un centro de investigaciones que generará conocimiento potencialmente aplicable a los actuales problemas y desafíos de una agricultura más sustentable, que propenda a incrementar la biodiversidad de los agroecosistemas.

“Esperamos que a través de futuros proyectos tecnológicos, nuestros resultados permitan el desarrollo de herramientas tales como mapas predictivos de la agresividad de plagas, biopesticidas, diseño agroecológico, manejo integrado de plagas”, dijo.

Agregó que algunos han definido este conocimiento como estratégico, porque ayuda en la toma de decisiones respecto, por ejemplo, el manejo de plagas y barreras fitosanitarias.

El académico afirmó que el conocimiento respecto de los mecanismos que conducen la evolución de las plagas, puede contribuir a la generación de mapas predictivos para el estudio de las consecuencias del manejo de la biodiversidad en dicho hábitat, lo que aparece como muy relevante para una región eminentemente agrícola como el Maule.

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