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Un progreso registran las tareas de reparación del edificio del Instituto de Biología Vegetal y Biotecnología, así como otras obras emprendidas para recuperar la infraestructura universitaria dañada por el terremoto.
La Vicerrectoría de Reconstrucción abrirá la licitación durante esta semana para rehabilitar el segundo y tercer piso de este inmueble, una vez que el juez a cargo de la demanda presentada por nuestra Casa de Estudios inspeccione la infraestructura y de visto bueno para su intervención.
“Algunos de estas etapas dependen de procesos judiciales que requieren peritajes a los edificios, antes de que podamos intervenirlos. Eso requiere tiempo, pero el avance no se ha detenido”, dijo el vicerrector de Reconstrucción, Carlos Torres.
Mientras se concreta el inicio de las obras, se habilitarán nuevas dependencias donde actualmente se ubican los laboratorios de
Ciencias Biomédicas, junto al edificio de Aulas Prosperidad, para facilitar las actividades de investigadores y estudiantes del
instituto.
Los emblemáticos
Respecto de la nueva Biblioteca Central y el Centro de Simulación Clínica, los proyectos están elaborados y adjudicados. La antigua biblioteca será demolida y en su lugar será construida la nueva Casa Central de nuestra Universidad.
“Estamos a la espera de que se normalice la situación en el campus, para entregar los terrenos a las empresas e iniciar las obras”, aseguró Torres. Junto con ello, se trabaja en el proyecto del nuevo edificio de Servicios Estudiantiles, cuyo espacio útil será de más de mil 800 metros cuadrados, en tres pisos.
En las próximas semanas finalizarán las obras de reparación del Teatro Abate Molina, de calle 2 Norte. Los edificios de Arquitectura y Aulas Prosperidad, están en pleno proceso de reconstrucción, cuyo término está previsto que finalice durante septiembre.
Demanda judicial
En el caso del edificio del Instituto de Biología Vegetal y Biotecnología, el juez titular realizará una inspección ocular el 28 de agosto, acompañado por representantes de la Universidad de Talca y de las empresas constructoras demandadas, “Cantera” y “Marcelo Rivano”.
El reclamo de la millonaria indemnización, que asciende en total a 437 millones de pesos, se
basa en un estudio encargado Centro de Investigación, Desarrollo e Innovación de Estructuras y Materiales (IDIEM), cuyo resultado vincula el colapso de la estructura a defectos de construcción.
El informe estableció que no se respetaron los requerimientos originales del proyecto. Y detalla, entre otros indicadores, que en la obra fueron utilizados materiales deficientes (hormigón contaminado con aserrín, viruta de madera y tierra), o diferentes a los especificados (vigas, grosor de muros, anclajes y soldaduras).
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