«Ser una institución líder es la tarea que nos convoca a todos como comunidad»

29 Octubre 2015

“Proyectar una institución líder ha sido la tarea que nos ha convocado a todos como comunidad”, enfatizó, en su discurso con motivo del aniversario institucional N° 34, ante autoridades de la región encabezados por el intendente, Pablo Meza; invitados especiales; rectores del CRUCH y miembros de la comunidad universitaria. La ceremonia se realizó en el Aula Magna del Espacio Bicentenario del Campus Talca, inaugurado en esta ocasión.

El rector Álvaro Rojas se refirió en su discurso a la “tensión interna” derivada “del contexto de cambio y transformación que experimenta la educación chilena y dentro de ella la educación superior”. Al respecto manifestó que, pese las incertidumbres aún no despejadas en torno a la reforma a la educación superior, “somos tremendamente optimistas” acerca de la acción estatal e indicó que es fundamental que el Estado retome su rol histórico y asuma el compromiso con la Educación como bien público, “dejando atrás una visión utilitarista y meramente subsidiaria”.

“El fin de un Estado abstinente e incluso indolente con la Educación Pública, es una gran noticia para las familias vulnerables y para las regiones del país”, afirmó.

Modelo en el sistema

Al recordar el pasado de la Universidad de Talca, recordó que hace dos décadas la Corporación “se propuso llegar a ser una universidad modelo en el sistema público nacional”. En esa perspectiva, se refirió a distintos aspectos que revelan el avance en complejidad y densidad académica lograda por la Casa de Estudios, producto de un “proyecto universitario compartido, caracterizado por la excelencia, el servicio a la verdad fundada en una estrategia coherente de desarrollo y con una vocación pública y de desarrollo regional reconocida a toda prueba”.

En una apretada síntesis, Álvaro Rojas describió la Universidad actual, con sus cinco Campus, incluido el nuevo Campus Linares que se construye con aportes del Gobierno Regional; sus 33 carreras de pregrado profesionales y ocho técnicas, 25 programas de magíster y nueve de doctorado, más cinco de especialización odontológica, 10 mil alumnos de pregrado y 1.100 de postgrado,198 convenios vigentes con universidades extranjeras, alianzas académicas con prestigiosas instituciones internacionales y 120 proyectos de ciencia y tecnología que se encuentran en desarrollo. “La Universidad de Talca es hoy un sólido proyecto universitario público” y en el mismo contexto sostuvo que “es una institución sólidamente afiatada en nuestro territorio”.

Al mismo tiempo, destacó que como universidad pública contemporánea, la Institución se ha inspirado en valores y principios como la tolerancia, la honestidad, amor al servicio público, profesionalismo, no discriminación, responsabilidad social, sensibilidad estética y conciencia ambiental, para “servir con esmero a nuestra comunidad y al ecosistema social y productivo que nos acoge, contribuyendo también proactivamente a la transformación de nuestro país”.

La máxima autoridad de la UTALCA hizo notar que, lejos de “proyectos profesionalizantes y utilitaristas”, se ha seguido un ideal educativo centrado “en los grandes temas de la cultura, la democracia, la modernidad y la igualdad de oportunidades, junto con promover una discusión elevada de los temas nacionales”.

Siguiendo ese ideal, indicó que una universidad pública debe ser responsable de dar espacio a las distintas expresiones de la cultura, de educar en el arte y la estética y dar un amplio espacio a la creatividad porque participar en la sociedad del conocimiento no solo requiere de habilidades técnicas profesionales. Añadió que la universidad se reposiciona como la institución social que tiene como centro la promoción del humanismo, que aporta a las ciencias, al arte y las humanidades y se vincula en forma trascendente con su comunidad a través de la cultura.

La autoridad académica fue el único orador en la ceremonia del 34° aniversario de la Universidad de Talca. Gran parte de su exposición se orientó a exponer su punto de vista en torno a los “profundos cambios” que vive el país en materia educacional. A su juicio, el origen de éstos se encuentra en factores como el agotamiento del modelo educativo y las profundas transformaciones ocurridas en la sociedad chilena y mundial, que exige una revisión de las políticas públicas.

Ante unos 500 asistentes al acto, entre quienes se encontraban los rectores de lo más representativo del sistema universitario chileno, el rector enfatizó que el debate actual está lejos de terminarse. “Nos encontramos frente a un punto de quiebre, tan fuerte y diferenciador como el que experimentamos en 1981, cuando el Estado rescindió su tradicional rol de apoyo al sistema universitario y abrió paso a la iniciativa y a la inversión privada en materia universitaria”.

“Lo ocurrido materia de proliferación de instituciones universitarias, de carreras de dudosa calidad, de cierre e insolvencia de instituciones, de banalización de la idea de Universidad, de corrupción en los organismos aseguradores de la calidad, de clientelismo y tráfico de influencias”, comentó. Ante ese escenario, indicó que la Reforma Educacional surgió como respuesta a la situación descrita y para “proteger a las familias de un mercado opaco, eliminar las malas prácticas, la competencia desleal y, esperamos nosotros, revertir la tendencia centralista que hace que el 60 por ciento de los estudiantes universitarios se encuentre en Santiago”.

Destacó los pilares de la reforma en materia de calidad; sistema equitativo e inclusivo, la educación como derecho social garantizado por el Estado y fortalecimiento de la educación pública, “una reforma que pretende reposicionar el rol del Estado en torno a la educación superior, haciéndolo más proactivo y relevante”. Sin embargo, observó que hasta ahora solo se conocen parcialidades.

Desde el punto de vista de la institución, sostuvo que la reforma debiera contribuir a cerrar las brechas que existen entre la educación superior y las demandas de la sociedad chilena y debe ser también “producto de un amplio consenso ciudadano y parlamentario que la haga sustentable en el mediano y largo plazo”.

En cuanto a financiamiento, planteó que debe preservarse el sistema de provisión múltiple, el que “debidamente acotado, regulado y fiscalizado, no hace necesaria la extensión de la gratuidad a todo el sistema”.
Si bien resaltó que la gratuidad “es una buena noticia para las familias”, subrayó que debe hacer una correspondencia con el nivel de desarrollo económico del país y la existencia de otros temas sociales que requieren atención de parte del Estado. Además, señaló que “la gratuidad debe contener también algunas mínimas exigencias a quienes les beneficia”.

Junto con manifestar que la reforma debe corregir la débil posición del Sistema de Universidades Estatales, en regulaciones, cobertura de matrícula, infraestructura, alianzas suprarregionales, movilidad estudiantil internacional e innovaciones pedagógica, entre otros aspectos, se detuvo en la discusión en torno a la gratuidad y a los cuestionamientos surgidos en torno al periodo 2016 y eventualmente 2017.

Al respecto, reparó en que la discusión en torno a la reforma se centrara en la gratuidad sin que se conozcan aún los alcances de ésta y que el Parlamento discuta temas relevantes para el desarrollo del país por la vía del presupuesto.

Dijo sorprenderle también la poca atención a antecedentes objetivos en cuanto a la extensión de los programas de estudio y a las consecuencias académicas y económicas que ello puede acarrear. Añadió que la definición de cupos y aranceles por parte del Ministerio de Educación deben ser profundamente revisados en los próximos años y advirtió también sobre el riesgo respecto al establecimiento de convenios institucionales de desempeño con el Mineduc. “El ejecutivo se comprometió a incrementar por 10 años, a razón de 5 por ciento anual, el Aporte Fiscal Directo, hecho que ya para 2016 no está considerado”, precisó.

El rector Rojas mencionó también la necesidad de independizar el presupuesto de educación superior de los vaivenes de financiamiento, por cuanto las instituciones universitarias desarrollan un trabajo de largo plazo para cumplir su rol social. Por otra parte, recalcó que un modelo centralista preconcebido de instituciones estatales universitarias puede colisionar con el concepto de autonomía universitaria.

No obstante estas preguntas que buscan respuestas, Rojas aseveró que la responsabilidad del Estado en la educación es el camino por el que transita la mayoría de las democracias europeas, en particular los países nórdicos. “Es por ello que el Estado, además de promover la gratuidad, en beneficio de los estudiantes y sus familias, deberá poner orden en un sistema abiertamente desregulado, con un fuerte componente centralista”, manifestó.

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