“Sería poco ético tener orquestas y coros malos y querer venderlos”

20 Diciembre 2010

Dice tener suerte cuando recuerda que fue el primero en recibir un premio regional por su labor creativa.

Ahora también le tocó ser el primero: el profesor y director de la Orquesta Juvenil de nuestra Universidad, Américo Giusti, fue galardonado con el Premio Nacional a la Gestión Cultural, entregado por la Asociación de Administradores Culturales de Chile.

La distinción lo tiene contento y se le nota. En su oficina exhibe orgulloso fotografías de las tres primeras orquestas juveniles que fundó entre 1983 y 1996: las de la Sociedad Bach y de la Academia Antonio Vivaldi, en Concepción, y la de Curanilahue. Fue precisamente esa trayectoria la que le hizo merecedor del reconocimiento.

“Lo recibo con una alegría tremenda, porque siempre el reconocimiento es importante para uno, especialmente cuando estamos de ida”, dice, mientras va de aquí para allá, con paso melodioso, pero sin detenerse.

Giusti no se obnubila. Sabe que el reconocimiento que ha recibido es fruto también del esfuerzo colectivo de niños y jóvenes que han visto en la música y en sus formadores, una posibilidad de desarrollo.

“Los directores son un mal necesario y, en alguna medida, un mal innecesario.

Por eso que en la Universidad de Talca, como Escuela de Música, el desafío es sacar a los directores de coros y directores de de orquestas juveniles y los profesores de instrumentos que el país necesita.”

LA ETICA EDUCATIVA

La gestión cultural emprendida ya hace años por el profesor Giusti es lo que el jurado de la Asociación de Administradores Culturales de Chile tuvo en cuenta al distinguirlo el pasado viernes en Concepción, ciudad natal del académico.

Reconocimiento a una tarea ardua. Tanto como el rigor que el director de la Orquesta Juvenil de la UTALCA otorga a la labor formativa de los profesores de música.

“Siempre me he preocupado de que el producto sea bueno. Sería poco ético tener orquestas malas y coros malos y tratar de venderlos.

Primero tenemos que hacer un buen producto, para después ofrecerlo como proyecto en el que se sepa que los profesores son correctos y que los muchachos podrán tener esperanza de fructificar”, sentencia.

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