Tras la búsqueda de componentes vegetales para nuevos alimentos

13 Junio 2011

Un exquisito helado vegetal, derivado del lupino, desprovisto de grasa inicua y de colesterol, parece casi un sueño en la dieta de golosos y de quienes luchan contra los kilos demás. Tal vez, la solución ideal para resolver parte de algunos graves problemas de salud pública como la obesidad y las enfermedades cardiovasculares.

Este tipo de productos ya es una realidad, aunque no todavía en nuestro país. Y es resultado de la investigación científica e innovación en materia de alimentos, tema que abordaron miembros de una delegación de científicos alemanes e investigadores de la Universidad de Talca, en una reunión de trabajo celebrada en nuestra Casa de Estudios, la semana pasada.

La delegación fue integrada por Florian Wild, de Fraunhofer; Bárbara Klein, de la Universidad de Leipzing; Daina Neddemeyer, de la Cámara Chileno Alemana de Comercio e Industria; Inge Lanberz, representante del Ministerio de Educación e Investigación; Wilfred Schwab, de la Universidad Técnica de München; y Carlos Barrenechea, gerente de ICON Chile. También estuvo Wolfgang Schuch, general manager, de Fraunhofer Chile.

Los investigadores germanos recibieron el saludo del rector, Álvaro Rojas, quien destacó la larga relación de cooperación entre Alemania y la Universidad de Talca, que se extiende por más de 20 años. La presencia del grupo tuvo por objetivo expandir esa cooperación, que entre otros aspectos, hoy se expresa a través de un proyecto con la Fundación Fraunhofer y programas del Servicio de Intercambio Académico Alemán (DAAD).

Del lupino

En su exposición ante científicos de la UTALCA, Florian Wild, jefe de proyectos de Fraunhofer, en Freising, Alemania, relató los avances en la aplicación de proteínas de plantas para la producción de nuevos alimentos y los pasos dados en la generación de tecnologías para la fabricación de envoltorios para el empaquetamiento de productos.

Así, por ejemplo, sobre la base de proteínas de lupino, una leguminosa, Wild indicó que hoy es posible fabricar mayonesas sin huevo, helados vegetales y mousse de chocolate sin crema.

Algunos de estos productos ya existen en el mercado alemán. “Hay un helado vegetariano, de la leche de lupino; una salchicha muy baja de grasa, que es una salchicha vegetariana, y otros más que próximamente van a salir al mercado”, señaló.

Tras visitar algunos laboratorios y centros tecnológicos de la UTALCA, el científico se mostró impresionado por los proyectos que se realizan en bioinformática y la diversidad de áreas de investigación que abarca nuestra Casa de Estudios.

En ese sentido, destacó que la existencia de actividades muy complementarias con las que realiza el Instituto Fraunhofer hace posible desarrollar investigaciones que terminen en la elaboración de productos alternativos. Y, mejor aún, sumar a la industria alimentaria chilena para que ese nuevo producto llegue a los supermercados chilenos.

“Resultados de investigaciones realizadas acá se puedan seguir en Alemania para llegar a un producto que pueda estar algún día en el mercado”, señaló.

Alimentos funcionales

El director de Investigación de la Universidad de Talca, Iván Palomo, manifestó que a partir de este encuentro, en el que tomaron parte académicos de los institutos de Química de Recursos Naturales; Biología Vegetal y Biotecnología, y de la Facultad de Ciencias Agrarias, se espera una profundización de sus relaciones con los pares Alemanes, en algunos casos y, en otros, el inicio de iniciativas específicas.

“Especialmente en el ámbito de investigación e innovación en componentes bioactivos en frutas, vegetales y otros productos naturales, que puedan ser utilizados en alimentos de tipo funcional”, explicó.

Sobre la posibilidad de abordar proyectos con científicos alemanes, para crear alimentos con algunas propiedades específicas, Palomo expresó que en Chile y, particularmente en la Universidad de Talca, hay una preocupación por buscar y caracterizar productos naturales, no sólo con el propósito de realizar publicaciones, sino de proyectarse hacia la innovación y que pueda aplicarse.

“Es decir, formar a través de ese componente activo un alimento funcional enriquecido con productos que provocan una cierta actividad biológica en el cuerpo humano”, dijo.
Como ejemplo, se refirió al hallazgo de propiedades antiagregantes plaquetarias -que evitan la trombosis- en un componente del tomate, aislado en laboratorios de la Universidad de Talca. “Podríamos enriquecer algún alimento o, eventualmente, preparar alguna gragea o fito fármaco, con el propósito de disminuir la adhesión y la agregación plaquetaria”, explicó Palomo.

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