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Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Rodrigo Palomo, expresó que la normativa debería considerar a empleados públicos y personas que trabajan de manera informal ya que actualmente solo regula a quienes se rigen por el Código del Trabajo.
23 Marzo 2021El 23 de marzo de 2020 se despachó desde el Congreso la Ley de Teletrabajo que regula esta modalidad, haciendo frente a la realidad impuesta por la pandemia del Coronavirus en Chile y el mundo.
La normativa, que ha sido cada vez más utilizada por las empresas y sus trabajadores, vino a llenar un vacío jurídico que existía y que se vio incrementado por la crisis sanitaria que obligó al confinamiento de millones de personas. Por ello, el decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Rodrigo Palomo, quien es especialista en derecho laboral, efectuó una evaluación de la normativa e indicó que es importante hacer una revisión de ella, considerando que el teletrabajo se mantendrá en muchas empresas más allá de la actual situación.
“Esta era una ley necesaria antes de la llegada del Coronavirus y lo fue mucho más después que se desató la pandemia. Sin embargo, puede ser perfectible”, precisó el especialista. Quien indicó que lo primero es revisar su alcance, ya que este se refiere solo a los trabajadores que se rigen por el código del trabajo.
“Ellos son una parte de los trabajadores de Chile, pero la ley no se hace cargo del teletrabajo en el sector público, quedando en una zona gris que no tiene una regulación respecto de esta materia y tampoco alcanza para el sector informal, que se ha ido incrementando durante esta época de pandemia y quienes también quedan fuera de la regulación”, señaló.
Jornada de trabajo
A ello se suman debilidades observadas en aspectos medulares, expresó Palomo, que se refieren al lugar de trabajo y al tiempo de la jornada.
En el primero caso, el abogado laboralista señaló que los problemas provienen desde la responsabilidad que tiene el empleador en asumir los gastos que suponen el teletrabajo. “Esto todavía no se cumple de buena forma, porque hay algunas empresas que siguen recargando esos costos a los trabajadores y además porque la capacidad para evaluar esos gastos es difícil, no se trata solo de pagar internet, sino que muchas veces se trata de adecuar un lugar de trabajo, lo que significa costos para el trabajador”, manifestó.
Por otra parte, respecto a las jornadas de trabajo, el académico precisó que es importante analizar cómo funciona la ley en relación a la definición del tiempo, ya que existen varios estudios donde los trabajadores declaran estar más horas laborando que cuando se encontraban en modalidad presencial.
El tema del control del cumplimiento de las labores es otro aspecto que debería analizarse, a juicio de Palomo, ya que el vigilar de alguna manera que el trabajador está realizando sus funciones es una facultad empresarial, pero que en muchos casos se podría generar una transgresión de la intimidad, por ejemplo si se solicita tener todo el día la cámara web encendida en espacios que son domésticos y donde conviven varias personas.
“Muchas veces esos sistemas son vulneratorios de derechos fundamentales y ocurre algo similar con trabajadores que se trasladan debido a su trabajo, y que deben andar con dispositivos que recogen datos de geolocalización, u otros datos, que pueden estar en la frontera de su información privada”, puntualizó Palomo, quien manifestó que un punto vital en todo esto, es mejorar la fiscalización que se realiza por parte de la Dirección del Trabajo.
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