Uso de polines de madera podría ayudar a reducir el calentamiento global

7 Julio 2017

El uso de polines de madera impregnada en viñas, ayudaría a reducir el calentamiento global, entre otras ventajas, a diferencia del soporte metálico por el que esas estructuras son reemplazadas, según la investigadora de la Facultad de Ciencias Forestales, Marcia Vásquez, quien dirige el Departamento de Gestión Forestal Ambiental.

En ese sentido, la académica destacó la importancia de considerar no solo aspectos económicos, sino también ambientales y sociales en la toma de decisiones relacionadas con actividades de relevancia para la región. A este tema se refirió al comentar el proyecto “Impactos ambientales de la sustitución de polines de madera por polines metálicos en viñas”, que desarrolla en conjunto con los académicos Alfredo Iriarte de la Facultad de Ingeniería y Jorge Cornejo, del Instituto de Química de Recursos Naturales.

“Los sistemas de soporte con madera impregnada se están sustituyendo por perfiles metálicos, principalmente por incorporación de tecnología en el proceso de cosecha de la uva”, detalló, junto con explicar que , de ese modo, se generan pérdidas de puesto de trabajo en la agricultura y en el tratamiento de polines de madera.
A mayor abundamiento, indicó que “los polines de madera impregnada ayudarían a reducir el calentamiento global en 0,55 toneladas equivalentes de CO2 al año, en la Región del Maule, si las 55 mil hectáreas viníferas usaran este sistema de soporte”, afirmó.

En cuanto a los motivos por los cuales los productores están prefiriendo el uso de soportes metálicos, Vásquez identificó la necesidad de automatización del sistema de cosecha para obtener una fruta más homogénea y un vino de mejor calidad. “Además hay un factor que tiene que ver con un aspecto sanitario porque se elimina el contacto de la mano humana con la uva”, acotó.

Pero, al mismo tiempo, admitió la existencia de impactos sociales, asociados al menor uso de mano de obra en cosechas y en las faenas de impregnado de polines de madera.

El proyecto es financiado por la Dirección de Investigación y parte de la misma iniciativa fue planteada por Marcia Vásquez en la VII Conferencia Internacional de Análisis de Ciclo de Vida (ACV), que se realizó en Medellín, Colombia.

En este evento científico se informó sobre la organización de la II Conferencia Chilena en esta materia que, en agosto de 2018, tendrá como sede el Centro de Extensión y Escuela de Postgrado del Campus Santiago, organizada por la Red Chilena de ACV y nuestra Universidad.

La académica explicó que el ACV es una herramienta de gestión adecuada para la toma de decisiones en la evaluación de impactos ambientales de productos, procesos y servicios, en todas las áreas. “Más que una herramienta, el ACV es una manera de pensar. Toda actividad genera un impacto”, enfatizó.

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