UTalca actualiza su Política de Calidad

Se alineó con los objetivos del Plan Estratégico 2030 y los nuevos desafíos del sistema de educación superior.

Autor: Daniel Pérez | 25 Enero 2022

El aseguramiento y la cultura de la calidad, además de la consolidación del Sistema SIAC que armoniza la implementación de ambos conceptos a nivel corporativo, fueron los lineamientos incorporados en la Política sobre la materia vigente en la Universidad de Talca desde el año 2017.

La renovación del instrumento estuvo a cargo del Consejo integrado por el rector y autoridades del gobierno universitario, instancia que funcionará con ese esquema hasta que su estructura quede definida por el nuevo Estatuto corporativo.

“Actualizamos el instrumento a fin de alinearlo con los contenidos del Plan Estratégico 2030, la Ley 21.091 de Educación Superior, el Plan de Fortalecimiento de las Universidades Estatales y las nuevas exigencias del sistema nacional acreditación”, detalló Juan José Troncoso, responsable de la dirección de Aseguramiento de la Calidad y Planificación, unidad encargada de coordinar las acciones que faciliten su implementación.

El directivo recordó que nuestra Casa de Estudios cuenta con una consolidada trayectoria en el tema. “Las primeras políticas a principios de la década del 2000, los procesos de acreditación de carreras y programas algunos años después, los resultados de las cuatro acreditaciones institucionales, en otros, han sido la base para desarrollar una cultura corporativa orientada a la calidad”, evocó.

En ese contexto, Troncoso indicó que “la revisión y actualización de la normativa que actualmente regula el tema en la Corporación es un imperativo, no solo por autorregulación, sino que como una aspiración corporativa con la excelencia”.

Añadió que, tras los ajustes realizados a su Política de Calidad, la UTalca “cuenta con orientaciones modernas, que permiten acompañar el desarrollo de distintos cuerpos normativos dirigidos a fortalecer la gestión institucional”.

Cabe precisar que este instrumento debe ser revisado cada dos años a fin de evaluar posibles cambios, según las necesidades que puedan surgir en la Institución.

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