Con exposición Lumínica se inauguró subterráneo de la Nueva Galería de Arte

13 Junio 2018

Con la exposición Lumínica de los artistas Alejandro Siña, Alain Tergny y Gonzalo Sánchez, se inauguró en el subterráneo de Casa Central la Nueva Galería de Arte NUGA de la Universidad de Talca, un espacio de 400 metros cuadrados que alberga 36 obras luminosas realizadas con diferentes materiales como el neón, luces led y acrílico.

Pedro Zamorano, director del Instituto de Estudios Humanísticos Juan Ignacio Molina y doctor en Historia del Arte, comentó que “no se trata solo de inaugurar una muestra artística, sinode abrir un nuevo espacio para el arte. Es un entorno histórico, accesible y con excelentes estándares de seguridad. Estimo que con la inauguración de este espacio de la mano de Lumínica, nuestra Universidad corona una labor con perseverancia y profesionalismo, que da forma a un gran proyecto de extensión artística en el contenido de las artes visuales. No veo otra institución pública de nuestro país que haya hecho un esfuerzo tan sostenido, sistemático y fructífero en materia de coleccionismo y difusión”.

El rector de la Universidad de Talca, Álvaro Rojas, confesó su orgullo como talquino y máxima autoridad nuestra Casa de Estudios de contar con este espacio. “El subterráneo de la Nueva Galería de Arte pertenece a la comunidad. Está abierto a los colegios, niños y las familias. Este es un aporte a la descentralización de la cultura”.
La exposición está integrada por el trabajo de tres artistas que viven y trabajan en diferentes partes del mundo pero tienen una cosa en común, el arte a través de la luz.

Los artistas

Uno de los expositores es Gonzalo Sánchez, quien acaba de obtener el segundo lugar en la bienal de arte Contemporáneo en Argentina (Centro Borges), por una muestra donde despliega verdaderas esculturas cuyo cromatismo luminoso se proyecta al infinito.

En cuanto a la materialidad de la obra de Sánchez, apuesta a la vanguardia tecnológica utilizando solo leds y evitando el uso del neón, que pertenece a la tradición del artista conceptual Dan Flavin. Una singularidad de su trabajo radica en incorporar a sus obras lumínicas materiales orgánicos como sal de mar, fibras vegetales, lapislázuli en polvo, entre otros, lo cual constituye una rareza en la obra de los artistas lumínicos.

El artista comentó que el común denominador que tienen los tres artistas es la luz. “Este espacio nos tiene impresionados porque es amplio y totalmente oscuro. Nunca pensamos que aquí encontraríamos un lugar tan noble donde se lucieran tan bien estas obras lumínicas. Trabajo luz como una metáfora de la espiritualidad. Todas las muestras artísticas tienden hacia el infinito, es decir, trata de conectar a la persona con esa ansia que tiene de trascender”, expresó.

Otro de los artistas que integran Lumínica es Alejandro Siña, quien confesó que desde pequeño sintió amor hacia la electrónica, “tal vez esto viene de mi padre que era ingeniero eléctrico”, dijo.

Siña, es un artista cinético chileno radicado en Estados Unidos. Su interés en el ámbito de la electrónica lo llevó a sus primeras investigaciones con luz y motores, paralelo a sus estudios superiores como ingeniero comercial.
Estos primeros trabajos lo acercaron a la escena artística a comienzos de los años 70 y su participación en la primera exposición de Arte Cinético de Chile (1971), le permitió dar un nuevo rumbo a su investigación en el campo de la luz.

Su obra agrupa diversas tecnologías con el uso del neón como medio lumínico, incluyendo la fabricación de tubos.

Usando métodos propios, diferentes a las del neón tradicional de dos electrodos, Siña experimenta el uso de un solo electrodo, gracias al cual, crea su propio medio de expresión que caracteriza la obra. Estos segmentos lumínicos permiten diseñar estructuras de alambrado simplificado y casi invisible.

Siña reveló que ha sido muy interesante realizar exposiciones con dos o tres medios lumínicos diferentes, “porque así uno se ayudan a otros, porque existe el contraste. En mi trabajo se unen obras cinéticas y estáticas, llenas de color que se integran muchas complejidades”.

Su trabajo artístico es interdisciplinario en el cual se manipula gas, voltaje, tubos, soplado de vidrio, electrónica, entre otros.

Finalmente están las obras de Alain Tergny. Desde 1970 realizó una escultura abstracta, geométrica-óptica, a base de poliedros: cuadrados, triángulos, rombos y paralelogramos, en ángulos de 60 a 120 grados. Estos volúmenes en equilibrio, llenos y vacíos, juegan con la luz natural y artificial, creando ambigüedades visuales provocadas por el volumen de la escultura y el juego de luces sobre los planes transparentes y opacos. Esto gracias al material acrílico que utilizó.

“En estos últimos años, he privilegiado el acrílico porque se presta mejor, por su transparencia y maleabilidad, a la conducción de la luz artificial. Mi intención es realzar los trazos del dibujo y los planos de colores primarios, que por superposición acentúan el efecto de laberinto. Mi trabajo pretende ser un arte lúdico, que encante tanto a quienes están acostumbrados a visitar museos, así como a los niños que verán aparecer y desaparecer volúmenes inexistentes. Mi objetivo es crear ilusiones ópticas espaciales, a través del desplazamiento del espectador de la obra”, manifestó Tergny.

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