Desde el arte, al rescate del patrimonio inmaterial

11 Abril 2011

Alternativo, no comercial y opuesto a las realidades de “mallandia”, es el arte de Francisca Benítez, la artista visual a quien, por sobre todo, le interesa rescatar el patrimonio inmaterial para evitar que éste pase al olvido.

De Molina es esta creadora, que se tituló de arquitecto en la Universidad de Chile, en 1998, y después partió a Nueva York, donde se radicó después de realizar máster. Su obra se ha expuesto en Estados Unidos, Brasil, Europa y Asia.

No obstante esta “internacionalización”, Francisca se ha mantenido en contacto con su tierra natal.

Fue justamente una actividad típica del campo la que motivó su próxima exposición, la segunda individual, que el 15 de abril inaugura en la Galería Die Ecke, en Santiago.

Su nombre es “Oro Dulce” y está inspirada en el dulce de membrillo e incluye un despliegue de medios combinados: video, performance e instalación.

Sobre esta actividad y otros trabajos de Benítez, como las arquitecturas ocasionales de Nueva York, versó la primera tertulia 2011 del Magíster en Enseñanza de las Humanidades: Literatura y Artes Visuales, que reunió a académicos y estudiantes, en la sala de conferencias del Instituto “Abate Molina”. Las invitadas fueron la propia artista y la curadora, Camila Marambio.

Durante la conversación, Francisca explicó que el tema de “Oro Dulce” responde a su interés por el patrimonio inmaterial que existe en el campo chileno y en la creación de economías alternativas de subsistencia de pequeña escala.

“Me interesa rescatar cosas, para que no sean aplanadas por las máquinas de la hegemonía cultural que vienen con la globalización”, manifestó.

Poderoso argumento de quien se declara contraria al consumo masivo de productos fácilmente digeribles y sin identidad, que van de la mano del mundo del mall. “Creo que no nos debemos dejar aplanar por un sistema de explotación económica indiscriminado, un consumismo cada vez más exacerbado. En el fondo, hay que darse tiempo, fijarse en lo que es rico y simple”, sostuvo.

Por eso mismo recalcó que ella trabaja “con cosas que están cerca mío”. Y es lo que presenta en “Oro Dulce”, donde el público no sólo podrá apreciar en un video todo el proceso desde que el membrillo se recolecta hasta que se convierte en dulce y es envasado.

Quienes asistan, también podrán comprar el producto y reflexionar sobre las imágenes. “El arte es un lugar sin barrera”, acota la creadora.

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