Experta venezolana destacó perspectivas de impresión 3D

3 Junio 2013

La aplicación de la manufactura aditiva a la reconstrucción de maxilofacial en pacientes de cáncer, es uno de los alcances que llamó la atención en la conferencia de la ingeniero médico Ana Marian Chinea, quien se refirió al uso esa opción tecnológica y a la ingeniería aplicada a aspectos anatómicos.

Su exposición se realizó en el auditorio de la Escuela de Medicina, ante un público compuesto no sólo por académicos y estudiantes de la Escuela de Diseño, organizadora de la actividad, sino también por docentes de carreras de la salud y de Bioinformática.

La manufactura aditiva es un recurso tecnológico, conocida inicialmente como prototipado rápido, que consiste en la impresión tridimensional de objetos manufacturados en distintos materiales como plásticos, acero inoxidable y titanio.

Ana Marian Chinea, quien trabaja en Venezuela para la empresa belga Materialise, especializada en esa técnica, centró su exposición en el uso de una plataforma para aplicar ingeniería sobre imágenes médicas, lo que implica hacer análisis de las estructuras, dinámicas de fluidos computacionales y los diseños de los implantes que se desea producir. “Los implantes que diseñamos tienen la validación de la comunidad europea, se pueden implantar ya en una persona y estamos haciendo todo el proceso para obtener también la validación de la FDA (Administración de Alimentos y Medicinas (FDA) de Estados Unidos”.

La profesional destacó en forma especial el positivo impacto que se logra con el uso de esa técnica en el mejoramiento de la calidad de vida de los pacientes, particularmente cuando se resuelve problemas en el área maxilofacial. Sin embargo, aclaró que ese tipo de solución “no es algo para todos los días y para todos los pacientes, pero hay casos en que realmente ese implante permitirá una reinserción social”. A su juicio, ha tomado tiempo democratizar estas técnicas, “pero poco a poco se está logrando”.

APLICACIONES

Existen muchas otras aplicaciones de manufactura aditiva, sobre todo en el campo industrial, como por ejemplo, en el automotriz. Según Ana Marian Chinea la ventaja radica en que se trabaja con un prototipo antes de hacer una serie masiva de un producto. “Eso significa hacer pruebas sobre ese prototipo, mejorarlo lo más posible y una vez que esté óptimo se pasa a la producción masiva”, acotó.

Agregó que también se puede utilizar esta forma de impresión en diseños artísticos y objetos como lámparas, joyas e incluso vestidos que son hechos con prototipado rápido. Mencionó también una investigación destinada a reproducir el sonido que genera un violín Stradivarius.

El profesor de Diseño Javier Lorca, coordinador académico de la carrera y del Laboratorio de Prototipos Avanzados, fue el gestor de la venida de Chinea, aprovechando la presencia de la experta en Chile. Para él ese tema no es nuevo, ya que trabaja en un proyecto de la Dirección de Investigación de la Universidad de Talca, destinado al uso de prototipado rápido para el diseño de piezas como huesos. La idea es obtener sets de práctica que favorezcan el aprendizaje de alumnos de carreras de la salud.

Lorca logró que una empresa trajera una de las primeras máquinas a Chile para desarrollar prototipos mediante el procedimiento de manufactura aditiva, que se denomina estereolitografía. Una de las características es el uso de información por capas para ir construyendo la estructura tridimensional, con la ayuda de un láser sobre resinas fotopoliméricas, pero hay otros procedimientos de prototipado rápido que utilizan otros materiales, según explicó el profesor Lorca.

Al mismo tiempo, destacó que este tipo de trabajos implica una intervención multidisciplinaria, en la que convergen diseñadores, ingenieros e ingenieros médicos, entre otros especialistas que tienen una dimensión distinta a las que aprecian en las prácticas culturales de hoy. Comentó también que en la Escuela de Diseño está incorporado este tipo de conocimiento.

CONVERGENCIA

Para el director de esa unidad, Jaime Parra, “es muy importante establecer ciertas convergencias de trabajo inter facultades”. Explicó también que la referida tecnología se conoce desde hace bastante tiempo e incluso la Escuela de Diseño tiene una impresora 3D, pero la empresa belga ha logrado otros desarrollos muchos más sofisticados y de mayor precisión. “Hay una diferencia entre la aplicación de esas tecnologías para un producto que puede ser una estructura más gruesa que intervenir en aspectos anatómicas, lo que implica texturas, dimensiones, de otro orden”, apuntó.

Por su parte, el director de la Escuela de Odontología, Bernardo Venegas, resaltó que se trata de una tecnología “que ya teníamos en mente y que está en uso hace varios años” y añadió que es muy interesante porque es posible “acortar tiempos quirúrgicos, sobre todo en la cirugía de cabeza y cuello, que es lo que nosotros hemos trabajado por el momento”.

Sobre la posibilidad de reconstruir en titanio, sostuvo que sería un gran avance en cirugías como la oncológica, “puesto que los pacientes quedan con un defecto físico importante que complica su calidad de vida. Por lo tanto, el alcance y la utilidad que tiene es realmente muy grande”, opinó.

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