Expertos examinaron realidad del trabajo infantil en Chile

12 Junio 2015

Abolición del trabajo infantil o protección de los menores que trabajan fue la disyuntiva que estuvo en el foco de la discusión durante la jornada con que se conmemoró el Día Mundial contra el Trabajo Infantil. La actividad, realizada en el Campus Talca— se denominó “Trabajo infantil y derechos humanos. Estrategia regional 2015- 2025”.

Dos centros de estudio de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, el de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social (Centrass) y el Derechos de la Infancia y la Adolescencia (Cedia), se unieron para desarrollar esta actividad conjunta, junto con el Comité para la Erradicación del Trabajo Infantil de la Región del Maule. Con esta iniciativa colaboraron también el Servicio Nacional de Menores (Sename) y la Secretaría Regional Ministerial del Trabajo y Previsión Social.

Estuvieron presentes miembros de la academia, estudiantes, autoridades y representantes de diversas instituciones vinculadas con la protección de niños y adolescentes y los derechos humanos. Entre los participantes estuvo la experta de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Patricia Roa.

Al inaugurar la jornada, el decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Diego Palomo, señaló que la instancia tuvo como propósito poner de manifiesto los avances logrados en la ruta contra el trabajo infantil y definir el camino que falta recorrer. Precisó que en el mundo hay 215 millones de niños que viven esa realidad, de la que Chile tampoco está ajeno. A su juicio, la tolerancia en torno al fenómeno, ha permitido su transformación en una práctica aceptada.

Causas

En cuanto a las causas del problema, el decano mencionó la pobreza familiar, “la educación incompleta, la maternidad o paternidad adolescente y una serie de factores culturales”, hasta el mundo que en zonas como la nuestra “se asume como natural”.

La autoridad académica destacó que “el trabajo conjunto de los dos Centros buscan lograr una mirada interdisciplinaria para abordar el problema”.

Uno de los expositores, el subdirector del Cedia, Isaac Ravetllat, se refirió en especial a la realidad regional y dio a conocer también la experiencia de un grupo de niños y adolescentes trabajadores que formaron la organización (Nats) para defender sus derechos, idea que surgió en Bolivia y se ha extendido a otros países.

“Ellos reivindican el derecho a trabajar en condiciones dignas. Un poco contrario a las políticas abolicionistas y de prohibición del trabajo infantil, este grupo sostiene que hasta que la situación económica del contexto en que viven no mejore, ellos se ven obligados a trabajar incluso para poder pagar los útiles de la escuela y, por lo tanto, defienden su derecho a trabajar pero en condiciones dignas”, relató.

Sobre las opciones de abolir o controlar, Ravetllat afirmó que “las políticas abolicionistas no han dado resultado en los últimos 20 años y tenemos que apostar por soluciones un tanto imaginativas y, dentro de éstas, por dar voz a esos niños, niñas y adolescentes que están trabajando para que ellos mismos digan cómo consideran que se pueda poner fin al trabajo infantil en el futuro. Pero mientras eso no sea posible, cuál es la mejor manera de reconocer esa realidad, regularla y evitar situaciones de abuso”.

En cifras, el académico precisó que el trabajo infantil y adolescente en Chile se calcula en 6,8 por ciento —muy por debajo de países como Bolivia, que tienen una tasa de 35 por ciento—, concentrado principalmente en la Región Metropolitana, donde los afectados realizan un trabajo urbano, mientras en la Región del Maule se da más en el área agrícola.

En relación a este último aspecto, el consultor de la OIT, Rafael Mejías, manifestó que hay alrededor de tres mil casos pesquisados de trabajo infantil en el Maule, pero existe además una situación invisibilizada, a la que corresponde el trabajo infantil doméstico: niños que cuidan a sus hermanos menores o a sus adultos mayores y otros que ayudan a sus madres a preparar alimentos para la venta.

Conciencia

Por su parte, el subdirector del Centrass, Rodrigo Palomo, manifestó que el objetivo de la jornada apuntó a “generar conciencia sobre esta realidad y ver cuáles son las formas posibles o los modelos posibles para salir de este fenómeno.

Al analizar el marco jurídico del trabajo infantil en Chile, expresó que “niños y niñas no debieran trabajar, sino estar dedicados a jugar, estudiar y a crecer. Por lo tanto, no debiera existir, pero el fenómeno es harto complejo y la negación total también puede ser un problema. No se trata solo de un tema jurídico, sino que demanda la integración de políticas públicas e implica a diversos actores en un esfuerzo coordinado”.

En ese sentido, sostuvo que en nuestro país las normas de protección establecidas para los menores que trabajan son ineficaces.

En tanto, Patricia Roa destacó la educación de calidad contribuye a que los niños y adolescentes salgan del trabajo infantil, al evitar la deserción.

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