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A un viaje hacia el pasado para detenerse en el tiempo de los caballeros feudales invita la exposición “Desde el fuego al metal”, con piezas producidas en el Taller de Armería Medieval Lobo, que se presenta en el Centro de Extensión “Pedro Olmos”, hasta el 4 de diciembre.
Armaduras completas, de hasta 132 piezas, hechas en la forja y unidas con golpes y remaches, reproducen la indumentaria de los combatientes. Son hechas en fierro negro y pesan alrededor de 15 kilos, bastante menos que la protección original de los combatientes, que podía alcanzar los 40 kilos. Se exhiben armaduras alemanas, francesas, partesanas, inglesas y otras propias de torneos. Todas son reproducciones, como también las piezas de armería inspiradas en las que traían los españoles, durante el Descubrimiento y la Conquista de América.
Diferentes clases y estilos de yelmos, cascos, escudos, espadas, piezas heráldicas y hasta una réplica de cinturón de castidad, que las mujeres debían usar mientras sus caballeros iban a la guerra, forman parte de la muestra. También ésta proporciona información sobre la época, a través de pendones que describen aspectos como las partes de una armadura y el código de honor de un caballero.
El Taller de Armería Lobo es fruto de la curiosidad, destreza y también de los sueños de su creador, Julio González, quien en forma autodidacta se ha dedicado a reinventar la técnica de los antiguos armeros medievales, desde que cuando niño descubrió un mundo perdido en el pasado. “Quedé enganchado con historietas en las que veía al Príncipe Valiente, al Rey Arturo, a Saladino. Eso me motivó mucho a hacer este trabajo porque he sido bastante soñador. Veía cómo los caballeros vestían de fierro y eran capaces de combatir dragones y estar del lado de la justicia. Y lo más entretenido era que salvaban princesas y se quedaban con ellas”, relata.
Agrega que si bien apenas puede sostenerse económicamente con esta actividad, que le depara más que nada honores, no quiere desistir. Tanto así que, si bien ha hecho cine, televisión y teatro y hasta fue propietario de un restaurante, hoy está dedicado exclusivamente al taller, que funciona en Santiago.
Una armadura completa demora dos meses en construirla y cuesta dos millones de pesos Los compradores son principalmente del extranjero y también personas que viven en casonas grandes, en el sur, que tienen los espacios adecuados. “Generalmente las instalan en las salas de juego, en las bibliotecas y en las entradas de las casas”, precisa.
Julio González confiesa que el hecho de aprender solo, a través de pinturas de la época, revistas y libros especializados, le lleva ahora a orientar su trabajo hacia los niños. Suele hacer exposiciones en colegios y las acompaña de charlas. “Les hago ver que uno jamás debe renunciar a los sueños y también les explico que, si bien es cierto la Edad Media fue un periodo conflictivo, tildado de oscuro, hubo muchos adelantos. Además, los caballeros tenían códigos relacionados con la justicia, la piedad, el coraje, la lealtad. Esos valores, que se han perdido hoy día, yo trato de rescatarlos a través de estas charlas. La idea es dejarles una semilla, porque al final en algunos darán frutos”, recalca.
La exposición “Desde el fuego al metal” está orientada a todo público y se puede visitar entre las 8:30 a las 20:30 horas, incluidos sábado y domingo.
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