Exposición mezcla el arte con la memoria histórica

14 Mayo 2018

Hasta el próximo 3 de junio estará disponible en la Escuela de Postgrado y Centro de Extensión de Santiago, la exposición “Sin lugar”, muestra que reúne el trabajo de los artistas visuales Alex Chellew y Antonella Gallegos, quienes a través de sus obras buscan desafiar el centralismo con el rescate de referentes históricos de las regiones.

En este sentido, junto con “agradecer y felicitar profundamente a la Universidad de Talca por brindarle espacios a la cultura y, en este caso, a las Artes Visuales”, Chellew señaló que su obra es una especie de lucha contra el desarraigo, la distancia y la desmemoria.

“Es en este ‘terreno y lugar que iniciamos nuestro proyecto con Antonella trabajando en temas de patrimonios que ya no tienen lugar -ferrocarriles, empresa portuaria, tranvías, etcétera-, haciéndose presente y acusando los desarraigos que ha sufrido y sufre nuestro país con respecto a su patrimonio”, comentó durante la apertura de la exhibición.

Añadió que con ese objetivo “impregnamos en nuestras obras aquellos sitios, espacios, territorios, emplazamientos, zonas, localidades, rincones, monumentos, terrenos, paisajes, asentamientos, fronteras, estaciones y puertos que, de lugares de significación, pasaron a ser definitivamente ‘No Lugares’, convirtiéndose en espacios de circunstancia y momento, reducidos a ocasión de tránsito o finalmente siendo borrados del territorio de la memoria”.

Sobre la muestra, el licenciado y crítico en arte, Mario Soro, afirmó que por sí sola, supone ya un gesto por cuanto localizar su obra en un espacio, que pugna al centralismo metropolitano. “De tal modo que los artistas solidarizan con la institución y la cultura con el testimonio concreto de sus obras, en la lucha contra el desarraigo, la distancia y la desmemoria”, expresó.

“Los artistas, con sus recursos plásticos y la alianza de la fotografía, establecen esta ‘reconstitución de escenas’, en que trenes y barcos vuelven a surcar vías y mares, a acusar presencia, de estaciones y puertos, a restablecer el ruido de las calles con el fragor de carros de sangre, tranvías y trolebús. Es la obra de ‘experienciar’ el reconocimiento de rostros, fachadas y adoquines de una ciudad que ya no existe supone, por tanto, un trabajo de excavación en archivos que desnudan, conmueven y fracturan las losas superpuestas y los estratos sedimentados en los que se ocultaron dichas matri-patrimonialidades”, comentó.

“Desde otra perspectiva Antonella Gallegos, escarba y rescata desde las cenizas de las ruinas incendiadas, no solamente la memoria de las urbes y asentamientos humanos sino también el de bosques y parajes, que de reservas y santuarios de la naturaleza, se convierten en desiertos yermos, sitios de ausencia, eriazos del olvido y espacios del destierro”, añadió Soro.

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